No hace mucho habíamos hablado de los
costosos regios nacimientos, sobre todo para las reinas entre los siglos XVII y
XVIII
En este artículo se contará las
anécdotas sucedidas o acontecidas en un lugar tan íntimo como puede una alcoba
o habitación de los monarcas o en el escusado
Palacio de Hampton Court Esta era una
de las residencias de la realeza inglesa donde se celebraban: rituales, los excesos y las actividades más
privadas que tenían lugar en los dormitorios de reyes y reinas durante la época
del reinado de los Estuardo y los Hannover, desde 1601 hasta 1800,
aproximadamente.
El rey Carlos II, quien ocupó el
trono entre 1660 y 1685, dio inicio a una era muy pública durante su reinado
que duró unos 100 años, así que todo lo que ocurría en los dormitorios, tenía
testigos, según palabras dichas por el comisario de la exposición celebrada en
este palacio Sebastian Edwards
Lo de laborar para la monarquía llevaba
a estar a su disposición las 24 horas del día, convirtiéndose en una actividad muy
intensa, pues lo mismo te llamaban para un vaso de agua, como para que acunes
al bebé, a cualquier hora y por todo el tiempo que se les solicitara, pero era
muy bien remunerada.
Sebastian Edwards indicaba que "Quienes
hacían estas labores tenían la posibilidad de influir en el gobernante de turno
y recibir favores. Podían ganar alrededor de US$1.500, lo que equivale a
cientos de miles de dólares en la actualidad, y era un trabajo de por
vida", señala Edwards.
El ejemplo más claro lo tenemos en
Bridget Holmes quien fue la necessary woman de cuatro monarcas (Carlos I,
Carlos II, Jaime II y Guillermo), y a los 96 años, todavía se encontraba al
servicio del último de ellos.
EL DORMITORIO
En él, su majestad: se vestía, se desvestía,
también se afeitaba, pero nunca solo, lo hacía en compañía de sus cortesanos,
eso sí, una barandilla bueno algo que se le parecía, estaba alrededor de su
lecho, era para mantener la distancia que su cargo exigía, quienes le
visitaban, que tenían que situarse fuera de ella.
Este aparato, era utilizado por las
reinas, sobre todo cuando estaban embarazadas, porque tenían que pasar largos
períodos en la cama, y así recibían a sus visitas …acostadas. Y cuando el día
esperado llegaba, el nacimiento del heredero al trono también se convertía en
un momento muy público.
El terciopelo era uno de los
materiales más lujosos que se usaban en las camas de la monarquía
Quizá pueda asombrar que los reyes y
las reinas, no yaciesen juntos, cada uno tenía su aposento, puesto que solo y un
único objetivo tenía la cama…y el matrimonio, procrear y garantizar que habría
un sucesor a la corona.
Además, las costumbres de la época
establecían que, en la noche de bodas, los recién casados se fuesen a la cama
acompañados por la familia, que se sentaba a hablar con la pareja real, hacía
chistes y cerraba las cortinas que rodeaban la cama.
1714 la reina Anne (Ana Estuardo) ordenó
la elaboración de una cama suntuosa, utilizando en su realización terciopelo
bordado que costaba un ojo de la cara US$1.000 (lo que supondría en aquella
época, el sustento de seis familias para todo el año y además cómodamente.
Ana Estuardo estaba muy enferma,
quedándose 17 veces embarazada pero nunca consiguió en ninguno de los casos
llegar a ser madre. Como no podía levantase ni sentarse durante la gestación,
necesitaba la ayuda de una máquina. Anne
pidió que se hiciera la cama para morir en ella, pero falleció antes de poder
usarla.
Jorge II, allá por el 1716 poseía una
cama, sencilla en su ornamentación, en comparación a otros colegas, pero esta sí
que era práctica, le seguía a todas las partes.
Estaba compuesta por 56 partes que se
desarmaban con facilidad, lo que revela que el rey y su corte viajaban con
bastante frecuencia. La cama iba de Inglaterra a Alemania y viceversa, en
ocasiones, incluso llegó al campo de batalla.
Asombrados nos quedamos cuando las
celebritys piden las sábanas de raso en tono gris perla, o que la habitación,
esté lo más lejos del ruido de la calle, o…bueno y más.
Así que no nos debe de extrañar que la reina Charlotte o Carlota de Mecklemburgo-Strelitz, esposa del rey Jorge III de Inglaterra
Así que no nos debe de extrañar que la reina Charlotte o Carlota de Mecklemburgo-Strelitz, esposa del rey Jorge III de Inglaterra
La de la reina Charlotte es una de
las más extravagantes. Tenía 4.230 flores bordadas a mano que eran idénticas a
la planta que se usaba como modelo, ninguna se duplicaba. No se usó para
dormir, se mandó a construir para completar la decoración de la habitación.
"Las camas representaban a la
persona, quien a su vez representaba a Dios y tenía cualidades semidivinas, por
eso eran magníficas", afirma Edwards.
Todas han sido sometidas a procesos
de restauración que han durado décadas, algunas tenían orina y marcas de
dientes de perro. El costo de los trabajos realizados asciende a cientos de
miles de dólares.
Cuesta imaginar que acompañar a una
persona al baño –mientras hace sus necesidades- pudiera ser una actividad
codiciada por muchos. Pero sí, lo era en la corte inglesa de los siglos XVII y
XVIII. Una de las mejores cosas que podían pasarles a duques, aristócratas, cortesanos,
militares y amigos del rey de turno, era poder compartir ese momento de
intimidad con él.
Quien desempeñaba esa labor era la
persona más importante del entorno real, y se le conocía como el groom of the
stool (una suerte de peón encargado del retrete). Pero el trabajo más sucio no
era ese, sino el que realizaba la necessary woman, una mujer que todas las
mañanas se encargaba de vaciar la bacinilla que había utilizado el monarca al
ir al baño. El más famoso “ novio del retrete” fue Sir Henry Norris.
Sir Henry Norris fue decapitado por
adulterio con Anne Boelyn en 1536. El título fue cambiado un poco Años más
tarde, el "Novio de la Estola", meramente honorífico y mucho menos
escatológico, se suspendió en 1901 porque nadie podía pensar en ninguna buena
broma
Quien acompañaba al rey al excusado
era la persona más importante de la corte, y en tiempos de Luis XIV, Versalles se
transformó en lugar de escándalo, de la sofisticación , depravación y lujo ,
como su enseña, los cortesanos se pegaban por acompañar a su graciosa majestad
al excusado.
Y si
eran recibidos mientras su majestad
hacia uso del orinal, era un auténtico privilegio, que podría acabar en
recibir títulos o dinero contante y sonante , así que no era de extrañar que se
conspirase se pusiesen zancadillas y la envidia se servía fría
No crean ustedes que en aquellos tiempos los
reales excusados eran de andar por casa , ya que tenían un asiento forrado de
terciopelo con borde dorado . Por lo menos así lo usaba el rey Guillermo III de
Inglaterra ( 1689 y 1702 ) y que todavía
se conserva , en el lugar en el que originalmente estuvo en el Palacio de
Hampton Court , localizado al suroeste de Londres
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