¿A qué se
le llama el juego de pelota mesoamericano?
Aclararemos
antes, que existen varios juegos de pelota, en la zona de Mesoamérica, que no
debemos de confundir con Centroamérica, ya que esta, es una referencia
geográfica y por lo cual, México no estaría incluida en ella, mientras que, en la
primera, al tratarse de una referencia cultural, si podemos encontrar al país
azteca, por ser parte de Norteamérica
En el sur
de México, Guatemala, el Salvador y Nicaragua, así como en zonas septentrionales,
en el estado de Arizona, allá en año 1400 a.C., se jugaba a juegos de pelota
Además,
debemos de apuntar que no sólo era el componente deportivo o de competición, el
que los regía, sino que además tenían carácter religioso e incluso se
practicaba para solventar disputas o conflictos entre tribus o caudillos
locales.
En estos
juegos se utilizaban varias partes del cuerpo como eran las caderas, codos y rodillas,
y que en algunas modalidades solo se permitía hacerlo con las rodillas de la parte
derecha.
En otras se
empleaban incluso palos o bates primitivos, para golpear una pelota de hule o
caucho de hasta 4 kg de peso, que no podía tocar el suelo. Para su práctica se
necesitaba grandes terrenos de juego, que eran delimitados por dos paredes
encaladas donde podía rebotar la pelota.
Señalaremos
que, en la versión más conocida, que era practicada por mayas y luego toltecas
y aztecas, en aquellas paredes existían unos aros de piedra, colocados al
contrario que en el baloncesto, es decir verticalmente, de modo que al hacer
pasar la pelota por ellos se conseguían puntos. En algunas versiones solo con
tocarlos
Solían enfrentarse dos equipos de dos o cuatro jugadores. Si se trataban de
partidor rituales, podría llegar a realizarse un sacrificio humano, al
finalizar el juego, aunque no se sabe si los que eran sacrificados eran los
ganadores o los perdedores
En las
existentes crónicas españolas tras la Conquista, sobre estos juegos, se
destacaba, lo mucho que botaba la pelota o incluso lo peligroso que podía
resultar el deporte, pues por su peso podía provocar serias contusiones a los
jugadores.
Se han
descubierto los restos de unos 1.300 campos, que oscilaban en tamaños que iban
de los 96 metros de largo por 30 de ancho del de Chichén Itzá a los 16×5 del
campo de Tikal, lo que nos da una idea de lo populares que eran. Las paredes
encaladas solían estar inclinadas.
Aún existen
torneos que recrean este juego ancestral. Además, existe una versión llamada
ulama, que se practica sobre todo en el estadio mexicano de Sinaloa, y en la
que no hay aros, sino que se juega una especie de voleibol sin red y los
jugadores pasan la pelota al campo rival con golpes de cadera.
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