¿ Quién fue el señor
Gregor MacGregor?
Un personaje escocés que
tuvo muchos “ trabajos”: soldado,
aventurero y colonizador además de
luchar en América del Sur como comandante en la Guerra de Independencia de
Venezuela.
Pero como es normal ,
empecemos por el principio
Había nacido en 1786
en Edimburgo, y se había unido a la corta edad de 16 años a la Armada
Británica.
Con unos poco años
más, contrae nupcias con María Bowater, una chica adinerada hija de un
almirante británico. Pero en 1811 su esposa muere y MacGregor toma la decisión de
seguir adelante con la meta puesta en nuevos proyectos .
En ese mismo año, una
persona muy importante e influyente se cruza en su camino. Se trataba de Simón
Bolívar, quien arriba a Londres en una especial misión diplomática : reclutar
soldados aliados a su causa.
Cuando Bolívar
abandona el Reino Unido ,MacGregor viaja con él con destino Venezuela.
Antes de continuar ,
con el relato, debemos decir que existe
mucha polémica sobre la veracidad de los hechos, pero , sí, que quedó claro que
el escocés se volvió un soldado por la libertad venezolana.
Se cuenta que obtuvo
el grado de General de Brigada de Caballería, cuando luchaba a favor de los revolucionarios
bolivarianos, demostrando su valía y decisión.
Después de la caída
de la Primera República, abandonó Venezuela y marchó hacía Cartagena de Indias,
Colombia, para seguir los pasos de Bolívar
La fama que le haría
estar de boca en boca no sería precisamente sus batallas , esta vez en Florida
, EE.UU, a luchar por su independencia , cuando pertenecía al imperio español .
En 1820 viajó hasta
Nicaragua , quedándose en la llamada Costa de Mosquitos, donde pasó una larga
temporada.
El rey de la Costa de
los mosquitos George Frederic Augustus , le hizo firmar un contrato por el cual
se le concedía unos 122,000 km2 para la colonización del territorio que
perteneció originalmente a unos aborígenes que se llamaban Poyáis
Un viejo amigo de los
tiempos de la guerra de la independencia , John Richardson, quien era a su vez,
el encargado de asuntos del negocio de MacGregor fue recibido en audiencia por
el rey Jorge IV y MacGregor fue nombrado Sir Gregor para promover las relaciones
entre los dos países.
A final de ese mismo
año, MacGregor regresó a Londres y se declaró príncipe de Poyáis. Claro que los
europeos desconocían que Poyáis era un país, que MacGregor se había inventado.
Ladinamente se fue introduciendo
en las altas esferas sociales como una persona de la realeza del nuevo
continente. Tanto por ser descendiente del clan MacGregor (hijo del Roy, un
oficial almirante escocés muy respetado), pero también por haber sido
abanderado en la lucha independentista venezolana.
Además contaba con que
a la alta sociedad londinense le gustase el colorido de la personalidad del
escocés y de sus maravillosas historias del viejo continente.
Gregor I , príncipe
de Poyáis . Lo cierto es que el nombre que se había inventado para un país inventado
quedaba muy bien , incluso le daba prestancia . Cómo se le llenaba la boca
cuando hablaba de una nación próspera que incluso tenía un castillo.
Hablar del Nuevo
Mundo, se hablaba , pero aún era un perfecto desconocido, así , que podría seguir
mintiendo que nadie le iba a llevar la contraría
-En mis tierras
existen minas, donde se puede encontrar oro, en grades cantidades . El resto
que sirve para cultivar son fértiles y agradecidas .- Y para que nada faltase ,
llegó a dibujar un folleto publicitario con imágenes del supuesto Poyáis ,
donde destacaba el también supuesto puerto en el río Negro.
MacGregor no era
tonto, ya que un país ,sin un puerto, sería un país muerto y sin inversores.
Al más puro estilo de
marketing, emprendió una gira por todo el Reino Unido, instaurando oficinas de inmigración , en la
cuales se vendían terrenos a poco coste , por desgracia a muchos soñadores .
Por palabrería que no
quede, pues vendía la investidura como Sir a la vez que nombraba a importantes
personajes británicos, haciéndoles creer a quien quisiera escucharle, que eran
sus empleados.
Casi hacía dos años
que había llegado a Londres y estamos a 1822. Los primeros navíos portando a
colonos deseosos de un cambio en sus vidas, partían con la esperanza puesta en
un nuevo y prometedor futuro .
Nada se le oponía a
nuestro estafador, pues un mes más tarde de la salida de los colonos, consiguió
un préstamo de un banco londinense por unas 200 mil libras esterlinas ( unas
16,340,000 de libras
esterlinas de hoy).
Aquellos que
partieron , ya llegaron, encontrándose , con una amarga realidad : La no
existencia de un puerto en el Rio Negro . Unos pocos aborígenes y unos terrenos
que no eran lo que antes fueron.
Aquellos ciudadanos
británicos se dieron cuenta de que habían sido estafado, pero como entonces, en
el siglo XIX, las comunicaciones no eran
lo que se dice rápidas, para avisar de lo que MacGregor estaba haciendo,
determinaron por quedarse e intentar resistir , en medio de aquellas salvajes
tierras. Fueron evacuados de vuelta a Reino Unido en 1823 .
Un comunicado
gubernamental , emitido por la nueva República de Colombia, debido a que todo
el mundo pregunta por el país de Poyáis, informaba que dicho país no existía ni
existió.
Gracias a que tenía
muchos y buenos contactos, así como amigos dentro la nobleza, MacGregor se
libró de un linchamiento público, pero no por eso dejó de vender terrenos
inexistentes del inexistente país hasta 1826 . Por temor a represalias abandonó
el Reino Unido para refugiarse en Francia.
Empezado de cero,
pero volviendo a representar su personaje de príncipe de la ficticia nación,
consiguió un nutrido grupo de confiados inversionista .
Y lo mismo que
consiguió en Inglaterra , lo consiguió en Francia y en 1825 , otros barcos
llenos de ilusionados corazones , franceses, viajaban con destino a Nicaragua.
Creyendo ser el rey
del mundo, poderoso e intocable, regresó al Reino Unido. Una vez hubo puesto
los pies en tierra , fue detenido, y una vez más , sus contactos le prestaron
su ayuda para salir bien librado del brazo fuerte de la ley .
Así que en cuanto
pudo, puso pies en polvorosa y vivió en distintas ciudades europeas, intentando
localizar posibles víctimas, pero esta vez la cosa no le salió como él quería ,
refugiándose, e sus últimos años de vida, en Venezuela donde se nacionalizó .
Falleció el 3 de
diciembre de 1845 en Caracas a los 58 años
Y así terminó la vida
y la obra de este estafador de “
profesión inventor”
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