¿Con qué asociamos la palabra
avalancha? ¿Con nieve, verdad? Evidentemente, una avalancha o alud es “una gran
masa de nieve que se derrumba de los montes con violencia y estrépito”,
No en vano decimos que los desastres
naturales se cobran la vida de gran cantidad de personas año a año.
Lamentablemente algunos lugares son permanentemente víctima de
terremotos, tsunamis, huracanes e inundaciones.
Hoy hablaremos de las avalanchas y cómo
se produce un alud, que puede ser un alud de nieve o
barro, y puede incorporar parte del sustrato (suelo firme) y la vegetación.
En cuanto a la gravedad de un
siniestro de este tipo, en general, bien sea de barro o nieve, dependerá de
cual grande sea la superficie, que se desprenda, con cual inclinación y a
cuanta velocidad descienda.
Fundamentalmente, ese desprendimiento
se origina por cambios de temperatura, humedad o sobrepeso, puesto que el
suelo, se puede desprender, bien sea debido, a que se mezcle la superficie seca
con la superficie húmeda, logrando que sean mayores las posibilidades que se
produzca la avalancha, en las horas posteriores a una gran tormenta.
La dimensión de los aludes de nieve
se puede determinar en función a tres factores: zona de inicio, tipo de nieve y
posición del plano de deslizamiento. Según la zona de inicio, la avalancha
puede partir de un punto o de un plano o zona desprendimiento.
Como sea el tipo de nieve: seca o húmeda. Y según la disposición
del plano de deslizamiento, la capa que se desprende puede ser superficial o
profunda.
Si reunimos estas tres
clasificaciones obtenemos ocho tipos diferentes de
avalanchas, de los cuales solo seis se producen en la realidad.
Desprendimiento
superficial de nieve seca a partir de un punto: Suele suceder mientras la temperatura es baja y la
nieve aún está cayendo. Son respectivamente pequeños desprendimientos a partir
de un árbol, roca o punto de inflexión de la pendiente.
Desprendimiento
superficial de nieve seca a partir de un plano: En este tipo, es más grave ya que supone que es una
mayor superficie de desprendimiento, ya que durante el descenso se acumula cada
vez más y más nieve que puede avanzar varios kilómetros más allá del pie de la
montaña.
Desprendimiento
profundo de nieve seca a partir de un plano: Es como el anterior, de los más graves ya que en esta
ocasión es un desprendimiento profundo y que puede implicar no solo enormes
cantidades de nieve, también parte de suelo duro y vegetación. La masa que se
desprende puede avanzar varios kilómetros más allá del pie de la montaña.
Desprendimiento superficial de nieve
húmeda a partir de un punto: En esta ocasión, suelen ser
avalanchas pequeñas que se producen cuando las temperaturas comienzan a subir,
sobre todo en las laderas de las montañas más expuestas al sol y al viento
cálido.
Desprendimiento superficial de nieve
húmeda a partir de un plano: este tipo es similar al anterior
con la diferencia de que puede implicar más cantidad de nieve. No produce una
gran nube de nieve y no avanza demasiado más allá del pie de la montaña.
Desprendimiento profundo de nieve
húmeda a partir de un plano: Avalanchas de gran escala, en las
que cae una enorme masa de nieve a partir de una fuerte lluvia, o un día
caluroso de invierno. La lluvia, la humedad y el calor penetran en las grietas
de la superficie y causan el desprendimiento que suele acarrear parte del
sustrato y vegetación.
¿Qué hacer en caso de una avalancha?
Ante todo,
evitar las zonas expuestas a riesgo. Informarse con antelación, sobre informes
y alertas meteorológicas.
En caso de ver como se nos acerca
una, las autoridades recomiendan desprenderse de todo tipo de esquíes, tablas y
bastones que puedan dificultarnos la movilidad.
Debemos intentar mantenernos en la
superficie del alud mediante brazadas, como si se estuviera nadando en el agua.
Cuando el alud se detiene, es importante taparse la cara dejando un espacio
delante para poder respirar.
Por desgracia, estas medidas de seguridad,
que se dan, no serán de mucha ayuda. Si una persona se encuentra en medio de un
gran alud, probablemente morirá asfixiada o a causa de un golpe. Luego de una
hora del desprendimiento, tan solo sobrevive una de cada tres personas
enterradas en la nieve.
FECHAS Y LUGARES DONDE SE
PRODUJERON AVALANCHAS
Nos tenemos que remontar hasta la
Primera Guerra Mundial, donde en el frente austro-italiano, de los Alpes, unos
50.000 soldados murieron por aludes provocados, por los disparos de las armas
de fuego.
En 1970 un terremoto de magnitud 7.6
en la escala Richter, provocó una avalancha, que arrasó el pueblo de Yungay, en
Perú, dejando un saldo de 18000 muertos.
1998 en los Alpes franceses un
alud, deja 11 fallecidos nueve de ellos eran adolescentes
1999 en una estación de esquís,
del Tirol, una avalancha enterró a varias casas, llevándose la vida de 31
personas
En el 2002 un glaciar comenzó a
derretirse y mueren 127 personas en el pueblo de Nijni Kadon – China.
2010 un helicóptero de rescate
que estaba trasladando a varias personas por temor a una avalancha, son
sorprendidas por alud que engulle al helicóptero y con él, a las personas que
llevaba en interior
No siempre estas muertes, son
debidas a un inesperado alud o avalancha, muchos han fallecido por imprudencias
Un matrimonio, residentes en la
región de París, acompañado por su hija, estaban esquiando a unos 3.000 metros,
en los Alpes franceses, en una pista cerrada por riesgo de aludes, en la
estación de Val d'Isère , en Saboya, cuando les sorprendió una avalancha.
La madre pudo salir de la nieve,
pero el hombre de 44 años y la niña de 11, quedaron atrapados.
Al menos cuatro personas murieron
en una avalancha en los Alpes Marítimos, en el sureste de Francia, en una
estación de esquí, cerca de Niza, a unos 20 kilómetros de la frontera italiana,
fuera de la zona de esquí.
Un monitor de esquí falleció atrapado
en un alud mientras esquiaba en una zona fuera de pistas de la estación
invernal del Formigal-Panticosa, en el Pirineo de Huesca.
Es fundamental si realizamos
frecuentemente salidas en zonas nevadas, el disponer de un equipo ARVA, ya que
este aparato, permitirá localizar más fácilmente a las víctimas de un alud, por
los equipos de rescate.
El ARVA, seguramente, será
determinante para nuestra localización.
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