En tiempos remotos, en China, el arce se asociaba a la idea de
honor.
Los pueblos indígenas de la región de los Grandes Lagos, en el
este de Norteamérica, relatas viejas leyendas sobre el origen del azúcar de
arce, obtenido a partir de la savia de este árbol
El arce, es un símbolo de longevidad y de vigor en Norteamérica,
como en todos los países anglosajones, tenía fama de eliminar los demonios y
los malos espíritus nocturnos.
Para lo cual se colocaba ramas de arce en las puertas de las casas
o al pie de la cama, al igual que la cigüeña coloca muchas ramitas de arce en
su nido, con el fin de eliminar los murciélagos, tan aficionados a sus huevos.
El arce es uno de los árboles más vistosos y bonitos del planeta,
con hojas que en el invierno se vuelven de unas tonalidades rojizas que llaman
la atención.
El arce es originario del hemisferio norte y por eso es muy común
encontrarlo en las calles de muchas ciudades de los Estados Unidos y Canadá.
Pertenece a la familia de las Acercaeae y las hojas que en otoño
se vuelven rojizas en verano son de color blanco y verde, siempre alargadas y
con bordes irregulares.
Leyenda canadiense
Había una vez un gran árbol, que con paso de los años puede llegar
a alcanzar los 30 metros de altura y su tronco incluso más de 70 cm de diámetro, muy
popular entre los canadienses, quienes escogieron su hoja (mapleaf) como
emblema de su país, y cuyo jarabe, que confeccionan a partir de la savia
calentada y batida, se ha convertido en su producto nacional.
Por supuesto, las abejas conocían mucho antes que el hombre el
sabor de la savia de arce y la delicadeza de sus flores. Desde siempre han
libado con deleite, esa savia, para después crear una miel de arce deliciosa y
rica en azúcar.
La
bandera canadiense está compuesta de dos colores: el blanco y el rojo, que
fueron los colores que el rey Jorge V proclamó como oficiales del país en 1921.
Ambos colores tienen un significado histórico. El color blanco hace referencia
al emblema real francés utilizado en el reinado de Carlos VII; y el color rojo
de la bandera hace referencia a la cruz de San Jorge, que fue el emblema de la
primera bandera que ondeó en Canadá.
La
hoja de arce
Lo
más distintivo de la bandera de Canadá es su hoja de arce con once puntas de
color rojo sobre fondo blanco que adorna el centro. Este dibujo hace referencia
a la naturaleza y la flora propias del país y fue diseñado por Jacques
Saint-Cyr. Como dato curioso hay que saber que el diseño definitivo de la hoja
de arce fue decidido tras realizar numerosas pruebas en un tubo de aire para
determinar cuál era el diseño de la hoja que menos se distorsionaba cuando
ondeara al aire, optando así por un diseño más definido.
LEYENDA DE LOS GRANDES LAGOS
Dos personas decidieron ese día ir a cazar.
Se trataba de Nakomis, la Tierra, y de su nieto, Manabush. En tanto atravesaban
el bosque, el anciano hizo crecer un árbol del que manaba un espeso jarabe
azucarado.
A su lado, el joven, observaba lo fácil
que sería para los hombres la obtención de tan delicioso manjar. Así que le dijo
a Nakomis - Eso no puede ser así, pues tanta sencillez para obtener alimento, puede
hacer de los hombres unos perezosos. -
Pero el abuelo no le hizo caso.
Con agilidad Manabush trepó a la copa
del árbol. Luego extendió su mano, e hizo que lloviera. El agua que caía
penetró en el interior del tronco, diluyó el denso jarabe y lo transformó en un
líquido azucarado.
Manabush se dijo- Así será mejor, el
hombre tendrá que realizar un laborioso trabajo para producir azúcar. De esta
forma, no crecerá en él la pereza. -
MITOLOGÍA GRIEGA
En la mitología griega, Arce, era hija de Taumante,
uno de los dioses marinos primordiales y de Electra, ninfa oceánide, hija de
Océano y de Tetis, de ellos nacieron Iris, Arce y las Harpías. Arce, se decía que
personificaba el segundo arco iris que desvanece.
Sucedió que los Titanes
se rebelaron contra los dioses, en la guerra llamada la Titanomaquia), ambas
hermanas escogieron bandos opuestos.
Arce fue la mensajera de
los Titanes e Iris la de los olímpicos. Zeus castigaría más tarde a Arce,
arrojándola al tártaro (un sitio tormentoso de eterno sufrimiento) y
despojándola de sus alas, que fueron regaladas a Tetis en su matrimonio con
Peleo. Luego Tetis fijaría estas alas a los pies de su hijo Aquiles.
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