En
día 18 del mes de septiembre del año 1837 ve la luz la famosa joyería Tiffany
and Co. (primeramente, llamada Tiffany & Young) fundada por Charles Lewis
Tiffany y Teddy Young en Nueva York, donde delante de sus escaparates, una
extrovertida joven de nombre (Holly Golightly) interpretada por la actriz
Audrey Hepburn, desayuna un bollo con un vaso de leche
Seis
días antes, el mismo año y el mismo mes, Luis Muñoz García, veía también la
luz, pero él en El Borges (Málaga). Sus padres se llamaban Ana y Luis que se
quedaron anonadados, al comprobar la mirada de su retoño, sus ojos miraban a su
nariz (La forma más frecuente de estrabismo en la infancia en nuestro país es
el estrabismo convergente (hacia la nariz) o isotropía).
Este
defecto, le acompañaría toda su vida, de ahí el monte con el que sería
conocido, que no le impidió poseer una gran puntería. La leyenda cuenta que
alguien puso en duda su destreza, este aceptó un reto, apuntar a los más alto, y
lo más alto resulto ser, la veleta de la iglesia, y como la leyenda es leyenda,
y leyenda, leyenda es, desde ese día, la veleta no ha parado de dar vueltas
Bueno
hemos comenzando hablando de una famosa joyería neoyorquina, pero si no es por
enunciado del artículo, ustedes desconocerían que nuestro hombre se dedicaría
al bandolerismo
Nuestro
hombre, al casarse con Josefa Fernández Marín, fue a vivir a El Borge, donde
poco o nada paraba, para evitar que le apresasen. Además, tenía una querida a
la que deja embarazada, para luego desentenderse de la criatura.
El
hermano de la muchacha fue a hablar con Luis, con la intención de que este , le
diese una explicación de su proceder – Si eres pedir la explicación, le dijo-
Si eres o te crees un hombretón, sabes que para sembrar , debía que serlo también , para
recoger.- El Bizco por respuesta le
asentó una puñalada trapera: aquella que
se hace con precipitación y brío repentinos e inesperados, provocando un
desgarro en las ropas y también en la carne. Que le dejó más seco que a una
mojama
Una
cuadrilla de bandoleros, formada en su mayoría por bandidos nacidos en la
comarca de la Axarquía, va a atemorizar, durante cinco años, a una considerable
parte de la población andaluza
Se
trataba de la partida formada por Manuel Melgares, de Algarrobo, conocido por
El Melgares, Francisco Antonio Palma, de Vélez-Málaga, conocido por Frasco
Antonio y Luis Muñoz, de El Borge, apodado el Bizco.
De
estos bandoleros, el que más experiencia tenía en estas líderes, era Frasco
Antonio, que se había iniciado en el bandidaje, maduro, cuarentón. ¿Motivos?
Difíciles de concretar.
Mientras
que el Bizco, lo haría, cumplidos los treinta años, en 1867, después de que cometiese
un asesinato.
Si
hablamos del más culto y cerebral, ese era El Melgares, que había iniciado su
vida delictiva años atrás utilizando lo que sabía hacer escribir, pero no eran
lindezas lo que las cartas llevaban escritas, no, eran amenazas que asustaban a
quienes las recibían, eso sí redactadas con buen
A
la temida partida de bandoleros se unirían tiempo después: “Pepe el Portugués”,
“Manuel Vertedor”, y Antonio Duplas, Juan Pérez Cuellar, “El niño de Vega”
Y
como pasa con la expresión “Cada uno cuenta la feria según le va en ella”, así
sucede con otros muchos bandoleros
“El
romanticismo y una visión populista, la de que roba a los ricos para dárselo a
los pobres”, y otra muy distinta, la oficial, en la que se consideraba a “El
bizco de El Borges” como un criminal despiadado que había causado, según
algunas fuentes, la muerte de al menos siete miembros del cuerpo de seguridad
de la Guardia Civil.
A
partir del año 1882 en el que se le hizo en Sevilla, una pequeña operación en
el ojo derecho, llevaba gafas azules. La fatiga que le daba al andar, hizo
sospechar que tenía problemas pulmonares.
Hasta
el puesto que la Guardia Civil tenía en Lucena, llegó esta noticia. Se nos ha
hecho saber que El bizco merodeaba por aquellas inmediaciones. Y donde se
propone dar un golpe de mano, ayudado por el llamado «Pepe el Portugués», el
cual tiene como campo de sus fechorías la provincia de Málaga y Córdoba.
Una
patrulla de dicho cuerpo, sobre las seis de la tarde le da el alto en la vereda
llamada del «Cristo Marroquí», que el Bizco contestó con dos disparos, por lo
que le la Guardia Civil abrió fuego alcanzando al bandolero.
Para
asegurarse de quien se trataba, se le registran las ropas, localizando en uno
de los bolsillos de la chaqueta, una pistola y además un cuchillo, una cartera
con varios apuntes y cartas que justifican ser el Bizco del Borge. Además, había
sido reconocido por dos mujeres. El gobernador había dispuesto que fuera
retratado el cadáver.”
Luis
Muñoz García, tenía entonces 50 años, era alto, delgado, de pelo negro, con
barba poblada, color moreno, mal encarado
En
la actualidad, continúan existiendo, diversidad de opiniones, sobre este
personaje.
Recabada información en;
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