Este
dulce es posible que bien, estemos en esas fechas para consumirlo, lo
hayamos consumido, o preparados para reservarlo En fin, que vamos a hablar de este dulce roscón, que se puede consumir de nueve maneras:
Sin relleno
Relleno de nata.
Relleno de crema pastelera.
De hojaldre, si sí, existe
Relleno de chocolate.
De masa de
chocolate, sí, sí existe.
Sin gluten Sin lactosa
Formato individual
Veamos.
Sabemos que la tradición de consumir roscón el día de reyes, no es de ahora,
que viene de una antigua tradición pagana, y sus orígenes, nada, pero nada que ver
ni con el nacimiento del niño Jesús ni con la llegada de los Reyes Magos.
Existen
aún tradiciones paganas
EL
SOLSTICIO DE VERANO
Uno
de los lugares más famosos en donde se realizan rituales en el solsticio de
verano, es Stonehenge en Inglaterra, un sitio declarado como Patrimonio de la
Humanidad por la UNESCO y que se construyó a inicios de la Edad del Bronce.
EL
SOLSTICIO DE INVIERNO
Los
paracas de Perú, que vivieron entre el 800 y el 100 a.C., atravesaron el
desierto con líneas de tierra y roca llamadas geoglifos que conectan montículos
ceremoniales con el lugar donde el Sol del solsticio de invierno se pone en el
horizonte.
Así
que el famoso roncón, lo hemos dejado nosotros para celebrar la llegada de los reyes
o de los personajes que más nos pueden atraer, lo importante es que ha llegado
hasta nuestros días.
Conozcamos
como empezó el tema del roscón
Y
es que su auténtico origen, nos hace que nos remontemos hasta el siglo II a.C.,
cuando al finalizar, las labores en el campo (aproximadamente a mediados de
diciembre), durante una semana se realizaban las llamadas Saturnales, unas fiestas
paganas que homenajeaban a Saturno, el dios de la agricultura y de las cosechas,
además de festejarse la finalización del periodo más oscuro del año y el
comienzo de la luz.
Durante
ese periodo de tiempo era típico que los esclavos no trabajasen y se unieran a
la fiesta.
Los
platos que se degustaban eran: Una torta con miel, dátiles, frutas
deshidratadas y frutos secos.
Con el tiempo este postre pasó a ser el más
preciado durante el festejo.
Llegado
el siglo III d.C se introduce en dicha torta el haba, considerada como augurio
de prosperidad y fertilidad, por lo que quien se encontraba en su porción con
la legumbre le auguraba prosperidad para el año próximo.
Ya
admitida, como religión la cristiana, los paganos y sus celebraciones fueron
prohibidas. Con su desaparición se esfumaron las Saturnales desaparecieron,
pero la torta que contenía el haba, no, claro estaba muy rica, con el tiempo
adquirió la forma de roscón.
Dicha
costumbre perduró especialmente en Francia, pasando a ser una tradición entre
la aristocracia y realeza, formándose en torno al roncón, reuniones familiares,
esperando con impaciencia, ver quién era el afortunado al que le salía la
legumbre. La celebración se empezó a conocer como ‘el rey del haba’.
Un
cocinero de la corte gala, allá por el siglo XVIII, se le ocurrió una idea, muy
buena, introducir una moneda de oro en el roscón para contentar al rey Luis XV.
Fue a partir de este momento cuando la moneda empezó a tener más valor que el
haba, por lo que nadie quería que le tocara la legumbre.
Si
bien, aunque el roscón ya era conocido en España, la tradición de introducir la
moneda como premio, nos llegó con el rey Felipe V. Con los años la moneda se
cambió por las actuales figuras de cerámica y el haba se convirtió en símbolo
negativo.
Algunos
estudiosos del tema, señalan, a que la costumbre de introducir el haba
desapareció durante un tiempo, reapareciendo en el siglo XIX y escogiendo la
fecha del día de reyes para tomarlo con toda la familia, coronando a quien le sale
la figurita y castigando al que obtiene el haba pagando así el roscón.
No
obstante, otros dicen que en dichas fiestas los señores se disfrazaban de
esclavos y los esclavos de señores para burlar a Saturno en sus “días malos”.
Claro
que la artimaña solo funcionaba si unos de los esclavos, se hacía pasar por
“rey”, pobre de aquel que se tocaría, pues posiblemente fuese sacrificado
Lo
primero que se hacía, después de coronar al rey, se contaban el numero de
asistentes para cortar el roscón tatas veces como persona había.
Lo
segundo era, colocar a un niño debajo de la mesa, que, con su inocente mano,
iría nombrando a quien recibiría la parte que tocaba repartir, hasta que la
temida haba apareciese
Y que,
durante la edad media, el roscón se dividía en tantas partes como había de
comensales, más una, la del “buen dios”, de “la virgen” o del “pobre”. Existían
ricos que buscaban al niño más pobre para hacerlo rey durante un día,
cumpliendo sus deseos y ofreciéndole muchas monedas oro para sacarle
definitivamente de la miseria. Esta vez sin sacrificios.
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