EL EXORCISMO DE LA FAMILIA SNEDEKER




Año 1986 Southington- Connecticut, en el 208 de Meriden Avenue, una enorme casa blanca, tipo colonial del renacimiento, construida en 1916, será famosa por los hechos que en ella ocurrieron

ANTES

El matrimonio compuesto por Carmen y Al Snedeker, con tres hijos jóvenes, residen en Nueva York. Su hijo Philip, comienza a tener unas molestas toses que no alarman excesivamente a Carmen hasta que el niño de 14 años de edad, le dice que tiene un bulto en el lado izquierdo de la mandíbula.

Carmen lleva al niño a la consulta del médico de la familia y tras hacerle unas pruebas iniciales y una biopsia, los Snedeker asistieron desolados a las palabras del médico – Tiene un cáncer linfático –
Se le deja ingresado durante tres semanas, en el hospital Dempsey de Connecticut, donde comienzan a darle sesiones de quimioterapia y cobalto.

Las cuatro horas de ida y la cuatro de vuelta, desde Nueva York a Connecticut, se hacían insufribles para Philip, teniendo que parar continuamente debido a las náuseas de su hijo.
No crean ustedes que los tratamientos para el cáncer suelen ser baratos, ni ahora y menos en 1986, y los Snedeker, estaban en esa lista, y los medicamentos eran subvencionados por la familia.

Ante tal panorama, los Snedeker, tomaron la decisión de localizar una casa en el pueblo que les quedase más cercano al hospital.

Mientras que Carmen espera, en el hospital, a que finalizase la quinta sesión de quimio, de Philip, ojeaba una revista en la que encuentra una preciosa casa blanca de estilo colonial y grandes ventanales con el cartel de “se alquila”. Lo primero que pensó, es que seguramente sería demasiado cara para su exiguo presupuesto.


Abandonó el hospital y se dirigió hacia Southington, para ver por sí misma la vivienda, donde unos obreros, estaban finalizando la remodelación del edificio. Serán los propios albañiles quienes le proporcionarán el teléfono del propietario… el Sr Farrell Kern

A la noche, desde el motel, en el que se aloja, madre e hijo, llama a Darrell Kern. El precio es lo suficientemente asequible para poder pagarlo así que decide cerrar el trato con el Sr. Kern y mudarse a la casa lo antes posible
Ella contará más tarde, que la noche antes de mudarse a la casa, tiene un extraño sueño en relación a ésta.
Por fin, el 30 de junio de 1986, la familia se muda a la vivienda para empezar una nueva etapa en sus vidas.

DESPUÉS

En el sótano encuentran una serie de habitaciones a las que se accede a través de unas puertas batientes En alguna de ellas las paredes están manchadas de algo oscuro que al principio piensan que es humedad.

Incluso en las estanterías que cubren ciertas zonas de la pared, existen herramientas parecidas a sierras, cuchillos y una serie de gomas y tubos.
Y en el centro de la habitación, se encuentra una camilla metálica giratoria. Así mismo una serie de tanques o bidones grandes que al principio piensan que contienen gasoil para la calefacción, están colocados unos junto a los otros.

Del techo advierten como cuelgan algunas cadenas que sostienen una especie de tableros de madera. El sótano tiene otro acceso a través de una rampa que conecta con el exterior de la casa.

A penas ha pasado el tiempo desde que comenzaron a vivir en la casa cuando Carmen comienza a percibir inexplicables fenómenos que no podía explicar. Algunos objetos desaparecían y escuchaba voces extrañas en diferentes partes de la casa.
Es más, Philip, aunque tiene su propia zona que compartirá con su hermano Bradley, desea dormir en el salón comedor, hasta que su hermano regrese, pues cuenta que aquel rincón   vive algo maligno

Puede ser que Philip tenga una imaginación extraordinaria. El caso es que aceptan que este, espere a su hermano, para que juntos, se instalen definitivamente en el sótano.
Philip y Bradley ya están instalados y cuentan que, ellos dos, habían visto a personas extrañas en el interior de la casa.
Además, se podían escuchar, en determinadas habitaciones, como si cientos de pájaros estuvieran agitando las alas, aunque todas las ventanas estaban cerradas.

Sin motivo aparente, y tras recibir un nuevo tratamiento, el carácter de Philip da un cambio de 180 grados: se volvió insociable y con episodios continuos de fuertes enojos, cosa que nunca ocurrió hasta entonces pues era un adolescente simpático y cariñoso.

Y el detalle que comenzase a escribir tétricas poesías en las que la muerte era el personaje central, no pasó desapercibido, pero pronto lo atribuyeron a los duros tratamientos a los que le sometían por culpa del cáncer que padecía.

Pero llegó el día en que atacó a su prima, lo que provocó su internamiento en el hospital para hacerle unas pruebas, aquellas dictaminaron que padecía de esquizofrenia, y allí se quedó hasta que experimentó una mejoría y pudo regresar a casa.

Fue durante una visita del Sr. Darrell Kern a la familia para ver cómo les iba, cuando, Carmen le pregunta por los objetos del sótano, éste le dirá que no los tire porque son un recuerdo que quiere conservar.
Y así un día y otro, los extraños acontecimientos se van amontonando: La casa tiene unos grandes ventanales, la luz no penetra a través de ellos en la casa por más que los limpie.
La voz masculina que escucha Philip, primero llamándoles para luego ordenándole que se acerque a él. Pero claro todo es causa de la medicación que le dan.
Será Cody, el chico de la casa de enfrente quien le diga que no le gusta el lugar donde duerme, pues allí existe algo que le produce miedo. O cuando su hermana de cuatros años, habla de una mujer vestida de blanco que se refleja en el espejo de su habitación. O las sombras que pasan rozándoles para meterse o esconderse detrás de los muebles.

Los sucesos paranormales crecían en intensidad. Philip llegó a ver a un niño negro de unos 4 años con un traje de Superman, del que más tarde se enteraron que había sido enterrado así.
Carmen descubre en una revista al matrimonio de Ed y Lorraine Warren, los cuales se dedican a limpiar a casas con fenómenos extraños.

Lorreine recorre habitación ella sola y lo que vive cuando baja al sótano la aterra. Ed y Lorreine, se marchan, no sin antes dejar, permanentemente en la casa a tres miembros de su equipo.

Cuando ven que no pueden hacer nada para liberar la casa de esas presencias, llaman al sacerdote Timothy Conlan que se enfrentará al poder demoníaco que según él habita la casa, realizando un exorcismo que le llevará un día entero.

Tras el cual, la familia se marchó de la casa a un piso más pequeño y la casa es alquilada de nuevo.
Según la actual propietaria de la casa Southington, Susan Trotta-Smith, hoy por hoy en la casa no se produce fenómeno paranormal alguno “Hemos vivido en la casa durante diez años sin que ocurra nada. Nuestra casa es maravillosa “.
Durante los tratamientos en Southington, el cáncer de Philip Snedeker entró en remisión y no ha reaparecido desde entonces.  Ahora está en la treintena, trabaja como camionero y tiene cuatro hijos


Recogida informacion en :
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