Y es que esta frase la solemos decir infinidad
de veces o en cuanto se nos presenta la ocasión.
Yo
personalmente, ¡jamás la utilizaría con una persona a la que no conozco porque
se me quede mirando! Le diría otra, por ejemplo: ¡Qué pasa! ¡Es que, en su
barrio, país, comunidad, no tienen obras de arte “, aunque quede un poco
narcisista!
Y
es que la frase de tener monos en la cara se las trae: Equivale a convertirse en un espectáculo para
quien nos observa, bien porque ha descubierto en nuestra faz algo de a nosotros
se nos ha pasado, porque ese algo le resulta atractivo, chocante o curioso.
Siempre
que vemos en los documentales a los monos, no podemos evitar esbozar una
sonrisa de oreja a oreja, por sus “monadas”, como se mueven, como trepan o como
se abrazan cuando son pequeños, amén de sus gestos, lo que les constituyen en un
entretenimiento.
Pero
palabra mono, puede ir acompañada de un adjetivo o de un verbo o para expresar
ira o enfado. Tal como ocurre en este ejemplo: cuando una pareja ‘está de
monos’, se cita a esos enojos pasajeros que provoca un mal momento por el que
pasan dos personas que conviven juntos.
Y
no les digo nada, si decimos – está más cabreado que un mono o una mona- insinuación
a como se las traen estos simios cuando se enfurecen.
Cruzamos
el charco y nos vamos a Chile ‘, donde andar con monos’ es estar muy enfadado
Ya
en los países del Cono Sur americano, se utiliza el dicho ‘como la mona’ para mencionar
al estado lamentable y negativo por el que se atraviesa en la salud, los
negocios, etc.
Regresamos
a Europa. Y aquí en España, el pobre mono tenía que pasarlo muy mal pues se
decía aquello de ‘¡leña al mono hasta que rompa la cadena!’, es decir, que
salga o no salga bien la cosa, muy importante era seguir adelante.
Y
aquí nos quedamos, debido a que tenemos más para contarles: la locución ‘dormir
la mona’, y la antigua costumbre de emborrachar a los chimpancés en las ferias
ambulantes,
En
cambio, eso de ‘pintar la mona’, o ‘freír monas’, no significan, lo mismo estas
frases, a como las usamos, ya que se refieren a las roscas u hornazas hechas
con huevos y conocidas como ‘monas de Pascua’.
¡Hay
que algunas veces!, cuando ponemos al mono el adjetivo “insignificante “, nos referimos
a que alguien es el último mono’ -o el último mico- O cuando en un bar o final
de una comida, la mayoría se marcha, decimos: quedan, hay, están o son cuatro
monos
En
el arte de Cuchares, el mono es así mismo, el traje de faena que consta de
pantalón, peto y tirantes, o el refuerzo que se pone a los rejoneadores en su
pierna derecha, al estar más expuesta al toro.
Que
no se nos olvide, que el ‘monosabio’, es el que ayuda con su capote al picador
en la lidia. Esta expresión se originó de forma tan irónica como insultante a
partir de ‘mono sabio’, que, así como se llamaba al simio entrenado en varios ejercicios,
para ser presentado en circos y barracas de feria.
Ahora
la cosa se pone más seria cuando decimos ‘tener mono “, ya que alude, al
síndrome de abstinencia que sufren los drogadictos y, por extensión, a
cualquier persona que lleva tiempo sin gozar de aquello que necesita o añora.
Origen
Finalizamos
diciéndoles., que cuando, utilizamos esa expresión, muchas personas creen que
se trata del animal, aunque esto no es correcto. Ya que este tema, la palabra
“mono”, no es otra cosa que la evolución de “Momo” personaje de la mitología griega,
Dios de la burla y las bromas. O sea que la frase original sería “Tener MOMOS
en la cara”
Total,
que, con el acontecer de los siglos y la difusión de este término, la palabra
momos (ampliamente desconocida para la mayoría de personas) evolucionó en monos
(más corriente y de uso común), cambiando la frase tal y como la conocemos
actualmente: ‘tener monos en la cara’.
Recabada información en:
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