El mayor productor mundial de castañas
es China, cuya producción alcanza el 25% del total.
En España, la producción de castañas
está concentrada principalmente en Galicia y en la comarca de El Bierzo (León).
Una de las teorías sobre la etimología
del castaño (género Castanea) lo sitúa en la ciudad griega Kastania, que se encuentra en Tesalia.
Se dice que es de buen nacido es ser agradecido,
así que agradezcamos a este árbol que produce unos frutos tan benefactores, que
nuestros antepasados tenían conocimiento de su longevidad.
USOS
Entre los muchos usos, existía una vieja costumbre entre los pueblos
antiguos, que hacía uso de las cáscaras de las castañas y de las hojas del
árbol para oscurecer el cabello rubio. Se creía, también, ayudaba al
crecimiento del pelo en los recién nacidos.
Sus frutos, provistos de no poco valor
calórico, nutritivos y deliciosos, que caen de sus ramas en otoño, fueron el
símbolo de la previsión, puesto que el castaño los ofrecía para el invierno que
llegaba.
Con las ramas del castaño,
confeccionaban bastones y mangos, y se decía que solo con tocarlos, se
conseguían nuevas fuerzas y se renovaban regeneraban.
Más cosas
Su composición es muy chocante si se
tiene en cuenta que se trata de un fruto seco, ya que son mucho más similares a
un cereal.
El motivo es que su carne es harinosa,
con un 44% de hidratos de carbono y tan solo 1,25% de materia grasa y un 1,63%
de proteína.
El castaño era reverenciado entre los
antiguos griegos, al que le llamaban “bellotas de Zeus”.
En muchos textos, se dice, que el
castaño fue introducido por los romanos, craso error, ya que en excavaciones arqueológicas
realizadas en los castros de Camoca y Morión (Villaviciosa) datados en los
siglos VIII-VI antes de Cristo revelaron, gracias a los análisis polínicos, la
existencia de polen de castaño.
Existe una leyenda en el suroccidente asturiano,
con el diablo como protagonista. Sin embargo, nos acercamos al País Vasco, y el
protagonista será el basso jaun (el señor del bosque), que cuenta como un
astuto herrero logró que el diablo le diese, sin que él se enterase, el secreto
de la sierra
-Mucho alardeas que tu has inventado, la
sierra, en nuestro pueblo ya tenemos una-
-Eso que visteis, es la hoja del castaño
–
El herrero le contesta – Nunca le vimos,
pero ya la veremos-
Y así fijándose, en la hoja dentada de
este árbol inventa la sierra
Por ejemplo, el día de difuntos, era costumbres,
en Galicia y Asturias amagostar castañas (asar castañas). Después dejar un
puñadín de ellas, bajo un tapín, o sea bajo una porción de césped, como, ofrenda
a los muertos
Igualmente se hablaba, que, al asarlas,
si alguna estallaba, eso quería decir, que se había librado un alma del
Purgatorio.
En los concejos de Casu y Laviana, si se
encuentra una sola castaña en el oriciu (erizo) recibe el nombre de sinaliega y
se dice que, si la dan a comer a una vaca preñada, parirá hembra.
Una curiosidad, a saber. A partir del
siglo XVII, a consecuencia, de que, por desgracia, al caer del árbol, una
castaña, esta podría causarle daño- de ahí viene que la castaña, sea sinónimo
de tortazo o batacazo.
Así que, actualmente, en el lenguaje
popular, darse un castañazo es darse un buen golpe.
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