Videntes y evidentes, siempre han
existido. Unas con mejor tino para la videncia y otras evidentemente, que la videncia,
no era su don.
En cuanto a las artes ocultas, y
no voy a hacer ningún chiste, porque charlatanes, siempre han existido. Igualmente,
que es cierto, que dones u otros elementos psíquicos, en mujeres y hombres
pueden ser que existan, no vamos a descartarlos.
A parte de la frivolidad, palabra
desconocida por nuestro personaje, Giuseppe Balsamo y nacido en Palermo en
1743, conocido como el Conde Alexandro
Cagliostro, las artes ocultas eran parte de su vida.
Giuseppe, ¡perdón! Conde
Cagliostro, había cambiado mucho, tras una existencia de libertinaje y criminalidad,
se marcha de Italia para llegar a Oriente y allí interesarse por la alquimia,
que una vez de haber conseguido empaparse de ella, viajó por toda Europa en
compañía de su esposa Serafina.
Y así, gracias a sus filtros
amorosos y drogas, adquirió fama de curandero. Por ejemplo, como masón, fue
bienvenido el Londres allá en 1776, y con ello, poderse codear con la alta
sociedad londinense.
Su dedicación a la alquimia a la
vez que su investigación sobre el significado esotérico de la magia pitagórica,
marcaban su vida haciéndose más popular por predecir los ganadores en las
carreras de caballos
En París, su reputación como
curandero, fue su tarjeta de visita. Pero …pero Cagliostro y su esposa cayeron
en desgracia al verse implicados en el escándalo que rodeó al robo del collar
de diamantes de amante de Carlos IV.
Y aunque se probó su inocencia, Cagliostro
tuvo que abandonar Francia.
De regreso a Inglaterra escribió
un panfleto en el que predecía la caída de la monarquía y la toma de la
Bastilla.
En una visita a Roma, su esposa
lo denunció por herejía y fue detenido y juzgado por robo y adoración al
Diablo.
Condenado a muerte, su sentencia
se conmutó por cadena perpetua en una celda bajo tierra en continua oscuridad,
donde murió en 1795.
Pero ¿cómo murió? . Mejor nos lo
relata su asesino su carcelero – Si. Yo lo estrangulé. Le tenía afecto y no
deseaba que se pudriese en la cárcel. Era terrible ver la agonía de Lord
Dashwood día a día.
Lo cierto es que se desconoce el
nombre del carcelero y el castigo que le impusieron por asesinato
Con la llegada del s. XIX la
ciencia se adueña del mundo. La oscuridad se desvanecía con la llegada de la
electricidad, gracias a Benjamín Franklin su cometa y el rayo, que, a pesar de
estos acontecimientos, la magia seguía en curso.
Un puzle difícil de colocar
“El robo del collar de María
Antonieta”
¿De María Antonieta? Nada de
nada. Lo podrán comprobar según lo vayan leyendo
Este suceso está calificado como
uno de los hechos que condujeron al estallido de la Revolución Francesa en
1789.
En la que se vieron implicados,
varios personajes, que llevaron a la reina María Antonieta al cadalso.
Cardenal de Francia Louis René
Édouard de Rohan. Loco por poder tener una audiencia con su majestad, siempre
impedida por María Teresa, madre de la reina, que no podía ni verlo.
Condesa de Lamotte Jeanne de
Valois-Saint-Rémy, perteneciente a una familia de alcurnia, pero económicamente
venida a menos en los años precedentes al caso. Ella y el cardenal Rohan, se
hacen amantes.
A Jeanne se le ocurre un plan diabólico
que puede conducirlos a salir de sus penurias económicas, un collar
647 diamantes y 2.800 quilates-
con un coste estimativo de unos 80 millones de euros.
Su destinataria Madame du
Barry, amante de Luis XV
El joyero
Charles Boehmer, amigo de la
Condesa de Lamotte
El rey
Luis XV muere aquejado de viruela.
Lo que hace que la Du Barry, sea inmediatamente alejada de palacio. Así como la
negativa de la Corte a pagar la pieza, de una belleza y valor espectaculares,
como ya hemos visto.
Comienza la trama
La Condesa de Lamotte, había
pedido a Boehmer que intermediara directamente con la Reina para que ésta
adquiriera el espectacular collar de diamantes que se había quedado sin dueña.
La leyenda
Cuenta que la propia Reina había
rechazado el collar afirmando que Francia necesitaba más “un navío que una
joya”.
La condesa erre que erre
A la Condesa de Lamotte, no le
preocupa lo más mínimo la respuesta y acude a su amante para decirle – La Reina
está deseando comprar en secreto el collar de la ex amante del fallecido rey.
Si tu pudieses hacer de intermediario, seguro que te ganarías su simpatía –
Y allí se presenta ante Boehmer
explicándole el caso, y que este aceptará sin dudarlo, pues al fin podrá cobrar.
De vuelta a su casa, el cardenal
hace entrega a la condesa del susodicho collar, que ella no entregará a la reina,
si no a su esposo para que lo venda en Londres para salir de muchos apuros y
ser ricos. Y al cardenal, enviar misivas, escritas por ella misma, con el sello
de la reina
Los meses pasan
Y el bueno de Rohan, continua sin
recibir la esperada recompensa- Necesito que su majestad, personalmente, me lo
diga –
Es cuando la Condesa de Lamotte,
ve las orejas al lobo, por lo que busca, sin descanso una mujer que se parezca
a su majestad. Y a fe que la localiza.
Se trata de Madame d´Olivia, una
prostituta con un parecido físico increíble con María Antonieta
-Su majestad que ha dicho que
acudirá a una cita en los Jardines de Versalles-
Era una noche de verano de 1784 y
en la mano una rosa, que la falsa María Antonieta, entrega al abobado cardenal,
el cual abandona los jardines, convencido de haber conocido a la reina.
El joyero harto de no recibir el
dinero manda la factura a Versalles, donde la reciben con estupor a la vez que
solicitan su presencia en palacio.
La Reina convoca a Boehmer en
Palacio y éste le informa de que Rohan había sido el intermediario en la
compra. La reina María Antonieta ordena la inmediata detención del Cardenal y
su enjuiciamiento.
Los cargos contra el Cardenal
fueron los de crimen de lesa(agravio) a su majestad y de insulto a la dignidad
de la Reina.
A Rohan, nadie podrá hacerle
cambiar su defensa- Yo me reuní con su majestad en Versalles, Es más guardo la
rosa que ella me regaló-
Mientras, la Condesa de Lamotte,
juraba y perjuraba, que el collar estaba en manos de la soberana. Y que ella
era la que estaba detrás de toda la trama.
Existe un refrán que dice “Créate
fama y échate a dormir”, en resumidas cuentas, aquel caso, destruyó la
reputación de la reina María Antonieta.
Máxime cuando la nación se enfrentaba
a una más que posible bancarrota, todo parecía indicar, que la élite del país
parecía haber estado contendiendo por la compra de un costoso collar.
La opinión pública se cebó con los
habituales de la Corte y sus conspiraciones aristocráticas.
Entre contactos y dinero el
cardenal salva el pellejo, siendo un varapalo para los reyes quienes le habían
tildado de ser el cerebro del robo
Así que como no quedaba nadie más
a quien echarle la culpa la Condesa de Lamotte que, quizás como cabeza de
turco, fue condenada por robo y encarcelada.
Antes le harían azotar públicamente
y marcada con un hierro candente, quizá con la letra escarlata, mientras no
paraba de gritar “¡Es la Reina la que se merece este castigo y no yo!”.
La condesa consigue escapar de la
prisión, donde estuvo recluida pasado un año. Su destino Londres, donde se
dedicaría a escribir sus memorias, o lo que ella recordaba, seguro que sin
contar la verdad sobre el collar.
Como nos temíamos, en sus monerías,
la condesa, carga contra la reina María Antonieta, que no sale muy bien parada,
todo el odio que sentía por la soberana.
Mientras que la Condesa de Lamotte,
gana en popularidad, en el país galo, la reputación de la Casa Borbón, esta
sobre los suelos, evaporándose hasta el estallido de la Revolución.
La Condesa de Lamotte, fallece en
un accidente en 1791, en Londres. Aunque más de uno, puso en duda dicho
percance, pues para ellos, pudo ser un asesinato por parte de grupos
monárquicos franceses asentados en tierras británicas
Recabada información en
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