Se dice reiteradamente,
que el ser humano, hasta en la adversidad más oscura y sin saber cómo salir, de
ella, da lo mejor de sí mismo, no el 50%, hasta el 80%.
Estamos
en el año 1977. Preparada una expedición inglesa, compuesta por los seis de los
mejores alpinistas británicos de la época (entre ellos Doug Scott y Chris Bonington),
con la intención de ser los primeros en apuntarse una vía en El Ogro” una
montaña muy escarpada de 7,285 metros situada en una sub-cordillera del gran
Karakórum (en turco: “pedregal negro”).
Su nombre
hace honor a su leyenda y sus formas (su cara este es una gran pared vertical
de roca) han sobrecogido y engatusando a alpinistas
Antes de
continuar, diremos, que los miembros de esta expedición, distaban mucho, de
tener la imagen de respetables caballeros, que hasta el momento tenían los
alpinistas británicos. Más bien podrían pasar por estibadores portuarios, por
melenudos hippies, que tomaban posesión de las montañas, como aquel que se toma
una birra tostada.
Detrás de
esa apariencia, estaba el reto a conseguir: no descender sin haber refrendado, una
vía impensable, tan solo una década antes, disfrutando con la dificultad y con
el riesgo más alto. Los compañeros de escalada, de Don Whillans uno en su boca
(un cigarrillo), y el otro guardado en el petate (una botella de whisky,
estaban preparados.
Podía ser
una locura la parafernalia que rodeaba todas sus escaladas, pero lo cierto es que
el nivel técnico de aquellos ingleses no tenía comparación con ninguno del
resto de los alpinistas, ellos pertenecían a la élite.
Llegados
a la base de la montaña se forman dos grupos: Doug Scott
y Paul “Tut” Braithwaite, se dirigirían directamente al Pilar Sur, una
muralla de más de 1.000 metros de granito vertical.
Mientras que:
Bonington, Mo Anthoine, Clive Rowland y Nick Estcourt de decidieron por un
flanqueo que debía llevarlos a alcanzar primero la cumbre oeste, desde donde
recorrerían la fina cresta a modo de muralla hasta la cumbre central.
El Ogro
se las ingenió para que ni Doug Scott y Paul “Tut” Braithwaite,
consiguiese su objetivo, una roca que golpeó a Braithwaite en una pierna. Scott
y él se retiraron entonces hasta el campo base, uno frustrado y el otro
dolorido y allí se vieron obligados a esperar acontecimientos.
Los otros
cuatros alpinistas, bajaron animados para un segundo intento, del que se
libraría Braithwaite y Estcourt que ya había tenido suficiente con el premio de
la cima oeste. El resto siguieron con el plan.
Al día siguiente
alcanzaron la cumbre oeste (segunda vez para Bonington), para continuar hasta
la cresta que unía las cimas oeste y central, donde se afanaron en cavar una
cueva en el hielo en la que pasar la noche.
Amaneció.
Y otros dos, esta vez Antohoine y Rowland, se sintieron demasiado agotados como
para continuar, así que decidieron esperar en la cueva mientras sus compañeros
probaban suerte.
Tras
sortear inconvenientes, zonas verticales de vértigo, al atardecer del 13 de
julio, después de un mes de intentos, Bonington y Scott recorrieron por fin los
últimos metros y alcanzaron la cumbre del Baintha Brakk central.
Fueron
muchas horas de estar concentrados en la escalada, y como solo pudieron descansar
en lo más alto, fue cuando se dieron cuenta de que apenas les quedaba tiempo
para bajar antes de que se hiciera de noche.
El
accidente
En mitad
de la penumbra, sin apenas haber descansado, Scott y Bonington emprendieron el
descenso. A penas de haber iniciado el primer rápel, Scott patinó en el hielo,
penduló hacia un lado y fue a estrellarse contra las rocas. Enseguida supo que
la cosa era grave.
Y sí que
lo era, puesto que cuando intentó ponerse de pie, sus dos tobillos crujieron
terriblemente y volvió a caer al suelo. Bonington pudo ver cómo ambas piernas
se le doblaban. Los dos hombres se miraron asustados. “No te preocupes, todavía
estás muy lejos de la muerte”, fue todo lo que alcanzó a decir Bonington, sin
mucho convencimiento.
Ellos,
avezados alpinistas, sabían que tener los dos tobillos rotos a 7.200 metros,
prácticamente en la cima del Baintha Brakk central, era algo muy parecido a una
condena a muerte.
Después…
después sucedieron otras adversidades.
Bajar arrastrándose sobre sus rodillas, sus codos y sus muñecas hasta
lograr llegar hasta la cueva de hielo donde se encontraban sus compañeros.
Durante
tres días tuvieron que pasar en la cueva hasta iniciar el ascenso hacia la cima
oeste; ese día. Doug Scott se convirtió
en la única persona de la historia en escalar un sietemil con ambas piernas rotas.
Pero los infortunios
continuaron. Esta vez le tocó a Bonington tropezar y rompiéndose dos costillas contra una roca, advirtiendo
con horror que escupía sangre.
Tras una
semana de arrastrase por el monte y cuando por fin llegaron al campamento base,
sus dos compañeros lo habían abandonado pensando que estaban muertos. Sin
embargo, en su interior algo les decía que volvería puesto que habían
desmontados todas las tiendas y les habían dejado unas barristas de Ton y Jerry.
Cinco
días después, doce porteadores baltíes, trasladan con todo el mimo a Scott
hasta un punto donde pueda ser evacuado en helicóptero, que se estrelló al
tomar tierra en Skardu. Por fortuna, nadie salió herido o, al menos, nadie
salió más herido de lo que había entrado.
Tiempo después,
ambos hombres contaron algo que les había pasado durante el descenso.
Refugiados
en aquella pequeña repisa, en medio de la noche ambos escaladores percibieron
la llegada de otro alpinista. Notaron como se pegó a ellos compartiendo su
calor corporal, les dio consejos para evitar congelarse y les explicó la mejor
ruta para descender con la primera luz.
Al
amanecer el tercer hombre no estaba, ni había quedado rastro alguno.
En
palabras del alpinista y científico Paul Firth: “¿Quién puede explicar por qué
estos serviciales fantasmas deambulan en la penumbra de los límites de nuestra
percepción?”
Recogida iformación en ;
https://astroaventura.net/a-rastras-y-con-los-tobillos-rotos-una-gesta-del-alpinismo-en-el-ogro/
https://es.wikipedia.org/wiki/El_Ogre
https://blogger.googleusercontent.com/img/proxy/AVvXsEg1TfvTdq6aJeAaJEB7UkD8voro-UhsiHTREDQwe96YK8xS67IcE2laE6C8VM1hcHYeYs9xmh-3okcs305vRftErhdVSsXipWIuUoqCKGWmbRaAo6xJzZdKmKcmJlbMz5RdKtwPU3jH5Ki7xkvPLhDydSQTVgtM8_J4kA_A9yyZ4OfQKoGRuy1jB5Q1=
https://kurioso.files.wordpress.com/2009/08/crawling-down-the-ogre.jpg
https://kurioso.files.wordpress.com/2009/08/ogre_subida.jpg
https://upload.wikimedia.org/wikipedia/commons/5/5c/Doug_Scott_in_2015_%28cropped%29.jpg
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https://www.thetimes.co.uk/imageserver/image/%2Fmethode%2Ftimes%2Fprod%2Fweb%2Fbin%2Fdccbe6e0-c004-11e7-b58a-4186f6049f2e.jpg?crop=1096%2C616%2C35%2C5