Quien le iba a decir a Faustin Wirkus, nacido en 1896 en Pittston, Pensilvania, Estados Unidos, que años después, seria proclamado rey de la isla tahitiana La Gonâve, con el sonoro nombre de Faustino II. Pero como todo tiene un principio, nos vamos a él.
Existieron
“dos culpables” si es que se les puede llamar así. El primero, Faustino Souloque, del que diremos que no tenia sangre
azul ni título nobiliario, ya que se trataba de un esclavo de ascendencia
mandinga (grupo étnico de África occidental) que nació en la localidad haitiana
de Petit-Goave en 1782.
Gonave |
Faustino (la castellanización de Faustin-Élie Soulouque) consigue su liberación once años después, durante el turbulento proceso revolucionario que desembocó en la independencia del país.
Con buen criterio,
supongo, nuestro personaje se decidió por la carrera, militar, que era de todas
las carreras la que más oportunidades ofrecía para sobrevivir.
Con ella
consiguió ser escolta presidencial, ascendiendo poco a poco en el escalafón,
hasta llegar a ser general. Esto sucedía, antes de mediados del siglo XIX.
Después,
en 1845, es nombrado comandante en jefe de la Guardia Nacional, durante el
gobierno de Jean-Baptiste Riché, nacido como esclavo libre, hijo de un
prominente militar, en la provincia norte francesa de Sait- Domingue
Dos años
más tarde, en 1847 Riché fallece, y como es de menester, había que nombrar a su
sucesor. Y el destino se alía con Faustino, a través de dos calculadores senadores
llamados Ardouin y Dupuy, que propusieron su nombre para el cargo.
A estos
dos pájaros, nos les movía si o no, Faustino estaba preparado para dicho cargo.
Lo que les importaba, es que, no sabía leer ni escribir, lo que, sería fácil
poder manejarle.
Vamos que
ocurría poco más o menos, salvando las distancias de Europa (Roma) y los siglos
que transcurrieron, con Ahití. Recordarán que también, en Roma los libertos
podían acceder a puestos muy importantes, sin tener ninguna preparación.
Para
muestra un botón: los tres primeros presidentes, Alexandre Pétion, Jean Pierre
Boyer y Charles Rivière-Hérard, fueron mulatos con cierta educación, pero el
cuarto, Philippe Guerrier, carecía de ella.
Lo cierto
es que, a nuestros ambiciosos senadores, les salió el tiro por la culata, ya
que Faustino I , legisló en favor de la población negra frente a la mulata, de
mayor estatus socioeconómico.
La
población mulata, se preparó conspirando contra él. Cuando el emperador
descubrió lo que tramaban, no paró hasta terminar con el último conspirador. Únicamente paró, cuando el cónsul francés
(Francia estaba más vinculada a los mulatos, ya que muchos eran hijos de
franceses) amenazó con una intervención armada. Pero no pararía ahí en sus
deseos de grandeza.
En 1849,
se hace nombrar Presidente Vitalicio, intentando invadir Santo Domingo, la
parte oriental de la isla, que se había independizado de España en 1821 pero
para ser ocupada a los tres meses por los haitianos de Boyer.
En la
práctica, eso significaba que seguían igual, lo que, sumado a los saqueos
efectuados por las tropas, originó un movimiento de resistencia que obligó a
los haitianos a retirarse en 1843.
Como a
Faustino le interesaba recuperar Santo Domingo, lo intentó tres veces. Lo que
motivó que Pedro Santana, Marqués de Las Carreras, militar y caudillo,
propusiera a España volver a poner su país de nuevo bajo la protección de la
administración española, algo que se llevó, ahora a cabo en 1861.
Faustino
I fue coronado en abril de 1852, emulando en todo momento a la de Napoleón,
teniendo a su lado a Adélina Léveque, a la que había tomado como esposa dos
años antes, y la hija ilegítima de ésta, Olive, que él aceptó adoptar
oficialmente como princesa.
Los
problemas no acababan, ya que la frustrada campaña dominicana había dejado
grandes secuelas económicas, lo que llevó al pueblo a manifestarse y organizar
algarabía, que Faustino reprimió con fuerza.
El golpe
de estado que se dio en el año 1859, fue el que llevó a cabo el general Fabre
Geffrard, ahora Duque de Tabara, nombrado así por Faustino quien tuvo que
exiliarse en Jamaica hasta que a la muerte de Geffrard se le permitió regresar
y establecerse en Petit Goave, donde falleció anciano en 1873.
Mientras
que Geffrard se proclama Presidente Vitalicio, cargo en el que duraría ocho años,
en los cuales, logró que se recuperaría la economía, gracias entre otras cosas,
a la Guerra de Secesión estadounidense, por las exportaciones de algodón al
país norteamericano.
Año 1915
la situación política del país no había cambiado y continuaba la inestabilidad,
con golpes e insurrecciones agravados por la desigual estructura socioeconómica.
Ante tal situación y temiendo la creciente
influencia alemana el presidente Thomas Woodrow Wilson, político y abogado
estadounidense, vigésimo octavo presidente de los Estados Unidos, ordenó a los marines
un desembarco en toda regla, para restablecer la paz y el orden, cuando aún los
EEUU aún no habían entrado en la Primera Guerra Mundial.
El 28 de
junio los marines desembarcaron en Puerto Príncipe y ocuparon el país, tal cual
hicieron un año antes en Tampico (México), sin más oposición armada que la de
pequeños grupos de resistentes descoordinados, los llamados cacos y no se
marcharían hasta el año 1934, cuando Roosevelt ordena la retirada definitiva.
Sin
comerlo ni beberlo, la Historia se colgó del brazo del simple sargento Faustin
Edmond Wirkus, nacido en 1896 en la ciudad de Pensilvania, descendiente de
emigrantes franco-polacos, que se encontraba en Haití, como Marine de los
Estados Unidos.
Faustin Edmond,
tiene que regresar a su país a consecuencia de una hospitalización, para
posteriormente recalar en Cuba y ser destinado a la isla de
Guanaba, en el golfo del mismo nombre, a la altura del puerto Príncipe.
Isla de
la Gonâve. Isla de Haití situada al oeste de Puerto Príncipe en el Golfo de la
Gonâve. Debido a que la piedra caliza es predominante, por lo que sus suelos,
son principalmente estériles con un paisaje, agreste y seco. Esto, junto a la
geografía del lugar, hacen que el cultivo de la tierra para la agricultura sea
a muy pequeña escala y la población más bien escasa
El agua
potable no existe, y aunque en algunas de sus chozas, tengan pozos
superficiales, de menos de dos metros de profundidad, y que sus aguas sean,
saladas, son utilizadas para el consumo, aseo y elaboración de los alimentos.
Los pocos habitantes de la isla: campesinos
muy pobres y analfabetos, vivían repartidos en una docena de distritos, las
llamadas Doce Sociedades del Congo, bajo la dirección común de una vieja reina
llamada Ti Memenne que gobernaba el sitio de forma singular, como una especie
de cooperativa autónoma al margen de las leyes emanadas de la capital.
A parte de reina Ti Memenne era una hougan (hechicera
vudú), que, al saber el nombre de aquel teniente, rápidamente lo relacionó con
el emperador Faustino I, el de la leyenda
Pero,
además, Ti Memenne era una hougan (hechicera vudú) que cuando se enteró del
nombre de aquel teniente lo relacionó con el emperador Faustino I, del que la leyenda,
el cual había dicho, que algún día regresaría reencarnado a reclamar su
imperio.
Poco
tiempo le llevó para que se lo llevasen a su presencia. Y una vez ante Ti
Memenne fuese recibido con cánticos y muestras de alegría, para después ponerle
una estola de seda amarilla, tocarlo con flores y sentarlo en un trono. Era el
18 de julio de 1926.
Durante
los tres años que duró su reinado a Wirkus, se le conoció como el emperador
Faustino II
No obstante,
siempre tuvo claro, que no era más que un militar en misión. Pero ello no le impidió gobernar junto a Ti Memenne,
conquistando a la gente: por impartir
justicia con prontitud, organizar la recaudación de impuestos, recorriendo la
isla interesándose por las costumbres de sus súbditos y procurando ayudarlos.
Mejoró el sistema de cultivo, construyó una pista de aviación, procuró
asistencia sanitaria a los niños…
Sus superiores
militares, nunca intervinieron, ya que de esa manera se garantizaban la paz y
el progreso en Guanaba, aunque pronto todo iba a cambiar ya que en 1929 el país
fue sacudido por la crisis económica y el gobierno, pese a estar sometido a
EEUU, comenzó a pedir que se les devolviese su gobierno.
Y es que
el ejecutivo, manifestó su desconformidad ante el hecho de que una parte de su
territorio tuviera su propio rey
Para
evitar tensiones, el mando ordenó el traslado de Wirkus a EEUU. Faustino II
obedeció disciplinadamente y se despidió emocionado de Ti Memenne y de la isla
en general. Jamás regresaría a Haití, y menos a Guanaba.
Una vez licenciado,
se dedicó a escribir y dar conferencias, pero el ataque de los japoneses a
Pearl Harbor le indujo a alistarse de nuevo, haciéndose cargo de una oficina de
reclutamiento en Nueva Jersey y ascendiendo a suboficial en la base aeronaval
de Chapel Hill, Carolina del Norte.
En octubre de 1945, un mes después de finalizar la Segunda Guerra Mundial, Wirkus fallece en Brooklyn. Está enterrado en el Cementerio Nacional de Arlington, Virginia.
Recabada información en :
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