KAP DWA, EL MISTERIOSO PATAGÓN GIGANTE DE DOS CABEZAS

 



Es cierto que cuando éramos pequeños, los cuentos sobre gigantes atraían nuestra tención, llenando nuestra pequeña existencia de sobresaltos, de asombro y de extrañas aventuras vividas por estos colosales personajes.

Ya cuando vamos creciendo, aquello que pensábamos que eran historias, de unos señores con gran inventiva, resulta no ser así, y múltiples historias sobre estos personajes llenan: libros, se adueñan de la pequeña o la gran pantalla o llenan revistas y periódicos.

De entre todos de los que hemos hablado, y hablaremos se encuentra, uno en particular por su llamativo perfil … Kap Dwa un gigante de dos cabezas y con 3,5 metros de altura.



Lo cierto es que debemos comenzar el relato, tal y como si fuese una leyenda, la cual se remonta al año 1673, cuando un grupo de marineros habían escuchado en la costa de la Patagonia, rumores de un gigante caníbal, de res metros de altura, que habita en una desierta isla, y allí se fueron armados hasta los dientes y con fuertes sogas para maniatarlo



Lo que era todo valentía se disipó cuando toparon con él, repeliendo un ataque del monstruo, que nunca existió, dispararon sus armas de fuego hiriéndole. Aprovechando que estaba sin conocimiento lo llevaron hasta el barco, donde falleció en cuestión de días.

Parece ser que los barriles destinados al aguardiente eran colosales, pues en de ellos guardó el médico del barco, el cadáver del gigante, que fue comprado por un empresario catalán que se había enriquecido en el Nuevo Mundo, que destinó dicha momia, como decoración de su mansión.



Aunque también se sabe que dicho propietario lo embalsamo debidamente, lo introdujo en un cajón de cristal y expuesto ante el asombro de la gente. Después, tras algún tiempo, terminó desapareciendo de forma misteriosa, vendido o robado.

Llega el siglo XIX, y en Dover, el gigante de dos cabezas es adquirido por el dueño de un espectáculo dedicado a mostrar todas las rarezas posibles, a un público ávido de todo lo imaginable, que le pondría los pelos como escarpias.

Pronto, cientos de carteles con diversos colorines y frases que invitaban al público a ver lo nunca visto llegado de los más recónditos lugares del mundo. En ese momento la Era Victoriana ya había desaparecido, ahora era la Era Eduardiana (por el rey Eduardo VII hijo de la Reina Victoria).



En aquella época, llegaron a existir con más de 30 compañías itinerantes esperadas por todos los europeos, que se presentaron a lo largo y ancho del Viejo Continente. Un espectáculo que, si hoy se volviese a dar, duraría lo que dura un rico pastel a la puerta de un colegio o escuela.

Y es que, como existían aún ni televisores, ni cine, aunque sí teatros, y con precios no muy económicos, el ciudadano de a pie, no podía permitírselo así que aquellos espectáculos eran la forma más viable de entretenimiento.

Y el gigante fue cambiando de dueños, hasta el año 1914, fue adquirido por Pierre Weston Birnbeck, ubicado en North Somerset. Y con él estuvo durante cuatro décadas y medía atrayendo al público con el siguiente eslogan el más extraño espécimen humano jamás capturado”.



“En 1959, Pierre cerró las puertas de su espectáculo, y el gigante pasó a manos de Lord Thomas Howard, que lo donó al hospital de Baltimore, en Maryland, Estados Unidos, para que fuera debidamente analizado

No obstante, el hospital nunca realizó ninguna prueba para comprobar si la momia era auténtica, por temor a que se transformase en una propaganda contraproducente, se la envía a una casa de subastas para su venta.

Y así fue cambiando de dueño hasta recalar en el Bob’s Side Show de Baltimore, uno de los pocos espectáculos de variedades que incluyen extrañezas. Allí sigue descansando en su cajón de cristal.

Si hemos de ser sinceros, esta historia, puede parecernos un tanto dudosa, aunque es importante aclarar que Kap Dwa, existe realmente, o al menos su cuerpo momificado de 3,14 metros nos mira a través de un cajón de cristal.

Su actual dueño es el señor Lionel Gerber, quien sale a la palestra para decirnos, que él, tiene otra historia diferente a la que se cuenta, asegurándonos que es un extraño género humano, al que tituló homogiganticus, y que sería cercano al Gigante de Castelnau, otro gigante descubierto en un cementerio de Francia cuya osamenta divide la opinión de los expertos respecto a su autenticidad.

Veamos. Y es que el anterior dueño, informo a Gerber, que el gigante fue abatido, o por marinos españoles, si no, por las flechas de los nativos que los acompañaban en dicha expedición en la Patagonia y querían cambiarlo por arma de fuego.

Ante la negativa de los españoles, preservaron el cuerpo y con él negociaron con una tribu en el Chaco de Paraguay. La tribu fundó una especie de doctrina religiosa en torno a los restos de este gigante, venerándolo como si fuera un semidiós.

Pero no finaliza aquí el relato del gigante cuya existencia llega a oídos de otros marineros, que, sí que vieron, en él, un pingue negocio, así que se, al mando del capitán George Bickle, del clíper Olive Branch, robarían los restos del gigante, que costaron una gran pérdida de vidas humanas.

Pero de nada les valió salirse con la suya, a que los españoles mejor armados y entrenados terminaron venciendo, llevando a Kap Dwa a la ciudad de Blackpool donde fue vendido a un museo, al que Bickle, compraría el espécimen, que lo único que le traería, sería una gran contrariedad debido poco interés por la momia y la cantidad de dinero ofrecida no cubría todos los gastos realizados durante la expedición.

No podemos olvidarnos de los hechiceros del Gran Chaco, que según Bickle, le habían lanzado una maldición que lo dejó pobre y enfermo. En sus últimos días de vida, donó la rareza a un espectáculo de fenómenos creyendo que así pasaría la maldición.

¿Qué pruebas existen sobre la autenticidad del gigante?

De momento, ambas tienen su valor. En primer lugar, existen informes de que un gigante de dos cabezas fue presentado en los espectáculos itinerantes del siglo XIX.

Así mismo hay también fotografías y carteles, del gigante de la Patagonia de la época en que fue presentado por Pier Birnbeck y de la existencia documentación sobre el proceso de compra de la momia por Thomas Howard y su llegada a Baltimore fue debidamente seguida por la prensa.

Aunque con algunas incoherencias, la versión de Gerber es interesante y el capitán Bickle realmente existió y comandó cinco embarcaciones británicas que llevaban por nombre Olive Branch.



No obstante, sobre que Bickle, realizase alguna expedición en Sudamérica, aunque estuvo en el continente como segundo inmediato, no existe documento alguno.  Y que jamás existió un en Blackpool donde se pudiera vender y luego comprar la momia.

Aunque el comprar la Bob’s Side Show existe, y cuenta con una momia gigante conocida como Kap Dwa, si bien, a día de hoy, ya no se exhibe al público.

Versiones ambiguas y diferentes se pueden tener, sobre el aspecto de la momia una vez vista de cerca: No se observa cicatrices o costuras visibles, y dado que el cadáver se encuentra tras un cristal bastante grueso es imposible determinar si se trata de una composición de la taxidermia.

Para que se hagan una idea, la momia lleva una especie de taparrabo hecho de lino y porta una pequeña lanza en su mano derecha. Suponiendo de que el cadáver sea real, su tamaño sería muy superior al del hombre más alto del que se tenga noticia.

De acuerdo con el libro de los récords Guinness, ese título pertenece a Robert Wadlow, un titan de 2,72 metros de altura que nació en 1918 en el pequeño pueblo de Alton (Illinois).

Por lo que respecta a las dos cabezas, ni siquiera hablamos de algo imposible desde el punto de vista biológico. Los siameses son algo raro, pero raramente sobreviven hasta la edad adulta, sobre todo en condiciones atípicas, como la altura excesiva.

Indudablemente, todas las historias que se han plasmado en torno a este personaje, sirvieron para que los creadores de los espectáculos, que tenían un solo fin, construir leyendas interesantes y atrayente para su público.

Muchas voces se alzan para decir, que tanto él, como los que antes que él, tuvieron o accedieron a la momia no pasan de ser uno simples charlatanes, aunque sin duda alguna, sabían cómo vender el espectáculo.

Ahí tienen el hecho de que se negase, a autorizar el acceso a la momia, lo que hizo que lloviese, una serie de ofertas para adquirirla en los últimos 5 años, aunque el valor está muy por debajo del millón deseado

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