A 6.707 metros de altura en plena Cordillera de los Andes, una expedición encabezada por
Johans Reinard, científico y explorador estadounidense al que acompañaba la arqueóloga argentina
Constanza Ceruti, deambulaban 1999 por la cima, se topa con tres cuerpos, dos de unos niños de 6 y 7años, y el de una adolescente inca de 15 años, que vivió, hace 500 años atrás.
Conozcamos
más detalles
Se cree
que los tres, fueron sacrificados ya que estaban cerca de elementos utilizados
en rituales como: artefactos de oro y plata, ropa, cuencos con comida extraña y
tocados de plumas blancas de aves desconocidas.
Los
analistas insinúan que los incas prefirieron a estos niños por su belleza y
también por ser más puros que los adultos para sacrificarlos en medio de ritos
de la época. Los estudios llevados a cabo sobre lo último que ingirieron antes
de ser sacrificados, había rastros: de carne de llama seca y maíz, aunque
también existían de patatas y verduras andinas.
Los
científicos que han estudiado las proteínas del tejido , llegaron a la
conclusión que la niña tenía una
infección pulmonar, semejante a la ( infección
detectada por primera vez en las momias).
En unas frases,
anteriormente escritas, hemos dicho, que fueron sacrificados, pero no se sabe a
ciencia cierta el motivo de dicha muerte. Algunos investigadores suponen que
podría haberse tratado de una ocasión anual Inca, o de un incidente imprevisto,
como la muerte de un gobernante o de un desastre natural.
Y el
motivo por el cual, la, tuviese más cantidad de hoja de coca, en su estómago,
que la de los dos niños, indica, que se hizo por “una mayor necesidad de
sedarla a ella”.
Por la colocación
del cuerpo de la niña, así como de sus prendas y artefactos ceremoniales que la
rodeaban, se deduce, que estaba muy relajada o muerta cuando fue colocada en el
altar.
Para finalizar,
comentaremos, que el cuerpo de la adolescente está perfectamente conservado y que
conserva sus órganos intactos, tanto que la sangre aún permanece en corazón y
pulmones.
Y también
informarles, que para llegar a este nivel de preservación no se ha hecho ningún
milagro. Simplemente las condiciones climáticas, y el frío seco de la
cordillera actuó como preservante natural, logrando conservar su cuerpo durante
más de cinco siglos.
En su
nueva cámara funeraria de acrílico, la temperatura del interior se estabilizó a
-18º C, lo que la mantiene en un estado de congelación constante.
La preciosa adolescente inca descansa ahora
más cuidada. Desde luego, con lo que nunca soñó, era que, en sus últimos
momentos, iba a sobrevivir históricamente a todos sus congéneres incas,
aquellos que por razones desconocidas acabaron con su vida.
Se la
bautizó como “la doncella del Llullaillaco” en honor a este volcán ubicado
entre la provincia de Salta y la región de Antofagasta, en el límite andino
entre Argentina y Chile. Se lo considera
el segundo volcán activo más alto del mundo y su última erupción data de 1877.
http://ojoscuriosos.com/la-doncella-del-llullaillaco/
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