Su primer detalle, ya nos parece asombroso, para la época en la que transcurre su existencia: Descubridora y primera mujer almirante del mundo
Isabel Barreto de Castro, era gallega, ya que nació en Pontevedra en 1567, en el seno de una familia de la hidalguía gallega. Sus padres fueron Nuño Rodríguez Barreto, conquistador en el Perú y Mariana de Castro. Otros historiadores afirman que era nieta de Francisco Barreto, gobernador de la India portuguesa.
La familia Rodríguez, siete hijos y el matrimonio,
se trasladó, siendo Isabel muy niña, al Virreinato del Perú, donde tuvo la
oportunidad de estudiar. Sabía leer, dominaba la gramática, el latín y el
griego, y tenía conocimientos de geometría, matemáticas y geografía.
A los 18 años se casa en Lima con el adelantado Álvaro de Mendaña y Neyra. Su esposo era un explorador leonés de 44 años, patrón de varias expediciones por el Océano Pacífico y que ya había navegado por los mares del Sur.
A pesar de ser poco habitual, Isabel y
varias mujeres más se embarcaron en 1595 en el que iba a ser el último viaje de
D. Álvaro de Mendaña: una expedición hacia las Islas Salomón, de las que se
decía que contenían oro.
Del puerto del Callao, partieron cuatro
embarcaciones, la capitana llevaba el nombre de la Santa Isabel, en honor a Isabel
Rodríguez de Castro, formando parte de la expedición 378 personas; de ellas,
280 eran “hombres de mar y guerra “.
Viajaban también los tres hermanos de
Isabel y el cronista portugués Pedro Fernández de Quirós
, capitán de uno de los
galeones, el San Jerónimo.
Durante el viaje, la flota tendría la oportunidad de descubrir: las Islas Marquesas (Islas Marquesas de Mendoza; actualmente, el archipiélago más grande de la Polinesia francesa), San Bernardo (Pukapuka, Islas Cook), La Solitaria (Niulakita, Tuvalu) y finalmente las islas Salomón.
Desde un principio, el cronista Fernández
de Quirós, no dudó en enfrentarse con Isabel, pues este, era contrario a la
presencia de mujeres en los barcos, como casi toda la marinería,
En
sus diarios Fernández de Quirós, escribe, en lo referente al carácter, de la dama
como “enérgico, dominante y déspota” de la esposa de Mendaña. Tampoco le atraía el ascendiente de Isabel
sobre su marido.
El viaje iba a traer consecuencias nunca imaginadas , pues
durante su estancia en las Islas Santa Cruz, Mendaña enfermó de malaria y
falleció, no sin antes nombrar a su
esposa , heredera universal y nombrada por gobernadora a doña Isabel de
Barreto, su mujer, porque de Su Majestad le había entregado una cédula
particular , con poder para nombrar la persona que quisiese , mientras que
dejaba al hermano de Isabel , o sea , a
su cuñado, Lorenzo Barreto, almirante de la expedición, que iba a continuar
viaje.
A pesar de que Lorenzo, había aceptado el
encargo de su cuñado, no pudo llevarlo a cargo, ya que falleció unos días
después, por lo que Isabel con el testamento en la mano, reclama el título de
Adelantada y Gobernadora, e increíblemente, dada la época, su petición fue
aceptada, convirtiéndose así en la primera mujer almirante de la historia.
Un
suceso impensable hace que la expedición española decide dejar las islas y
poner rumbo a las Filipinas, pues se inicia una rebelión por parte de los indígenas,
originada por el asesinato de su caudillo Malope
Isabel contempla como el agua y los
víveres comienzan a escasear, convirtiendo el viaje en una accidentada travesía,
pasan por la isla de Guam para llegar al Puerto de Manila el 11 de febrero de
1596,
En cuanto a su nombramiento como almirante,
que la costó, sofocar motines y disconformidades, para lo cual empleó mano dura,
consigue reconducir la expedición con éxito.
Y claro ¡cómo no!, de nuevo Fernández de Quirós,
escribe que Isabel, ordena el ahorcamiento de varios marineros por desobedecer
su autoridad.
Porqué
su forma recuerda a una mujer , a esta montaña se la llama la Bella durmiente
Todas las notas, del diario, así como los
incidentes y demás, verán la luz, posteriormente en un libro titulado “Descubrimientos
de las regiones australes”. En él Quirós afirma: “No quiero decir que hice en
este viaje otra cosa buena, más de sufrir a una gobernadora mujer y a sus dos
hermanos”.
En Filipinas Isabel conoce al general
Fernando de Castro, sobrino
del gobernador de Manila y caballero de la Orden de Santiago con quien se casa.
Entretanto Fernández de Quirós logra del rey Felipe III una Real Cédula, que le
otorgaba el derecho a regresar y cristianizar las Islas Salomón, anulando así
el título que Isabel había recibido de su primer marido.
Un año después, el matrimonio organizó
una expedición hacia Acapulco (México) y Guanaco (Argentina), donde Isabel
poseía una encomienda.
Después retornaron a Perú. Y allí, en 1612
fallece Isabel, a los 45 años. Fue enterrada en Castrovirreyna.
No
obstante, otros estudiosos, afirman que regresó a España para reclamar sus
derechos sobre las Islas Salomón y que falleció en Galicia.
Las islas Marquesas son un archipiélago en la Polinesia Francesa. Recibieron su nombre del español Álvaro de Mendaña quien llegó a estas en 1595, llamándolas «Islas Marquesas de Mendoza» en honor al entonces virrey español de Perú, García Hurtado de Mendoza y Manríquez, marqués de Cañete
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