Por
desgracia, el número de deportistas que arruinaron su carrera por las
adicciones es muy alto. Hoy hablaremos de Vin Baker.
A
lo largo de su carrera: Más de 13 temporadas en la NBA, 4 veces All-Star y un
oro olímpico en el 2000 en los Juegos de Sidney, son algunos de los méritos que
acumuló Vin Baker en el mundo del baloncesto.
Sus
comienzos en los Milwaukee Bucks fueron de lo más prometedores y pronto se
convirtió en uno de los pívots más cotizados de la mejor liga del mundo además
de una fortuna de 100 millones de dólares sólo en contratos.
Vincent
(Vin) Lamont Baker 23/11/197 en Lake Wales, Florida.
Baker
asistió a la Universidad de Hartford, donde en cuatro temporadas se convirtió
en el máximo anotador de la historia de la universidad, convirtiéndose en el
segundo jugador de Hartford en ser drafteado.
Esta
palabra corresponde al procedimiento por el cual, a finales del mes de junio de
cada año, las franquicias que forman parte de esta liga de baloncesto
estadounidense incorporan a sus equipos jugadores menores de 23 años,
procedentes de las universidades norteamericanas o de las ligas de otros
países.
En
su estancia en los Sonics bajó año tras año sus asistencias en el juego. Debido
a sus problemas con el alcohol su carrera descendió rápidamente, siendo
traspasado al Boston Celtics.
No
obstante, su trayectoria en la mejor liga del mundo no tuvo un final feliz. Empujado
por el alcohol se metió en una corriente de aguas muy revueltas para terminar yendo
de aquí para allá, suplicando ocupar un puesto en la cancha, el mismo lugar
donde había logrado clase y calidad no mucho tiempo atrás.
Incluso
fue detenido por conducir en estado de embriaguez en el 2007 y sabe que todo
podría haber terminado mucho peor. Baker nunca ha negado sus problemas con el
alcohol.
Tras
colgar las botas en el 2006 cuando militaba en los Ángeles Clippers, su fortuna
se esfumó en menos de nueve años.
Gracias
a su amistad con Howard Schultz, el expropietario de los Seattle SuperSonics y
CEO de la franquicia cafetera, ha conseguido un empleo en un Starbucks en Rhode
Island. «Era un alcohólico. Perdí una fortuna. Pero he aprendido muchas
lecciones en la vida y me estoy recuperando junto a mis cuatro hijos»
Vin
Baker uno de los mejores jugadores de baloncesto en los 90, no le quedan más
que los recuerdos. Ni siquiera el dinero. Su caso es las otras tantas estrellas
de la NBA que han visto como un estilo de vida discutible, y dudosas decisiones
a la hora de invertir su capital los llevaban a declararse en bancarrota pese a
todo lo ganado en sus buenos tiempos.
Ahora,
presume de llevar varios años sin probar una sola gota, aunque sabe que no
puede bajar la guardia.” Para mí esto
podría haber terminado en la cárcel o muerto. Así es como suelen terminar estas
historias. Ahora tengo la energía de despertar cada mañana y no depender del
alcohol", asegura antes de colgarse el delantal para atender al primer
cliente de la mañana.
Por
supuesto que no tienen nada en común una cancha de baloncesto, al pavimento a
un cliente de un Starbucks, que se puede elegir entre diversas combinaciones,
algo que cualquier consumidor aprecia enormemente “hacerlo a su manera”.
Personalizar el producto (e incluso ponerle el nombre a tu vaso de café para
llevar) es una forma más de crear experiencia del cliente.
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