REBECA LUCILE SCHAEFFER UNA ESTRELLA APAGADA



Rebecca Lucile Schaeffer nació un 6 de noviembre de 1967 en Oregón. Fue hija única de un psicólogo infantil y una escritora, fue criada en Portland (Oregón), donde asistió al Lincoln High School y aspiró a ser rabina.

Desde su más tierna infancia a Rebecca le atraía actuar en un teatro y contaba con un punto a su favor, su belleza natural, que, en sus años de adolescente, la introdujo en el mundo de las modelos

Siendo muy pequeña, Schaeffer se mudó a Nueva York para iniciar una carrera artística. Primero consiguió un papel en la telenovela Una vida para vivir, y ya en 1986 empezó su despegue definitivo en la televisión cuando la contrataron como una de las protagonistas de la comedia de enredo Mi hermana Sam en 1986.



La serie significó su permanencia definitiva en California a partir de ese momento. Schaeffer estaba viviendo un sueño. No solo estaba triunfando en la TV, sino que también salía en las portadas de cuantas revistas se publicaban: People, Seventeen, TV Guide.

Tras su paso por dicha serie, Schaeffer comenzó a tener otros trabajos y el cine le abrió su puerta, filmando la película “Escenas de la lucha de sexos en Beverly Hills, de la que salió bien parada y, por eso, le llovieron otras propuestas, entre ellas protagonizar Pretty Woman y forma parte del elenco de El Padrino - Parte III

La vida, el mundo y la fama le sonreían, mientras que en la oscuridad un anodino personaje que pasaba desapercibido por más de medio mundo, se encargaría de destruírselo, Robert John Bardo

Robert John Bardo nació el 2 de enero de 1970 en Tucson, Arizona. Era el benjamín de siete hermanos e hijo de un ex integrante de la Fuerza Aérea de los Estados Unidos. Cuando era pequeño sufrió abusos físicos y psicológicos. Su familia era violenta. Y durante su adolescencia, Bardo fue internado dos veces en clínicas psiquiátricas.

Se cuenta de Robert comenzó a desarrollar una obsesión por Schaeffer cuando vio por primera vez en Mi hermana Sam. Inmediatamente le escribió varias cartas. La actriz respondió una de ellas.

Como Bardo deseaba conocerla en persona, viajó a Los Ángeles. Una vez allí, se dirigió hasta los estudios, pero claro, los agentes de seguridad le impidieron la entrada.

Enojado, regresó un mes más tarde armado con un cuchillo, donde nuevamente los guardias de seguridad le impidieron ver a la actriz, por lo que regresó a su ciudad natal, Tucson, y se olvidó de Schaeffer por un tiempo, y empezó a ocuparse de las cantantes pop Madonna, Debbie Gibson y Tiffany

Según una conocida revista, que trata acerca de las celebridades e historias de interés general, la actriz estaba muy feliz porque estaba preparándose para una obra de teatro que le había surgido hacía poco. Mientras que otra, recordó que por esos días esperaba una llamada de parte del mismo Francis Ford Coppola para hacer el casting del rol de Mary Corleone, que luego interpretó Sofia Coppola.



Después de haber leído que el acosador de Theresa Saldana, Arthur Richard Jackson, había obtenido su dirección a través de un investigador privado, Bardo se acercó a una agencia de detectives de Tucson y pagó 250 dólares para obtener su domicilio a través de los registros del Departamento de Vehículos Motorizados (DMV) de California. Su hermano le ayudó a conseguir un arma de fuego, ya que era menor de edad (tenía diecinueve años por entonces)

Año 1989, julio y cerca de las 10,00 de la mañana, cuando Rebecca escuchó el timbre. Como su portero eléctrico no funcionaba bien, se acercó hasta la puerta para ver quién era. Estaba vestida con una bata.

En la acera estaba Bardo. Había viajado algo más de 800 kilómetros para llegar a ese lugar. En sus manos tenía una postal que le había mandado a la actriz, en respuesta a una carta suya, (Bardo le escribió varias cartas a Schaeffer, una de las cuales fue respondida por un empleado del servicio de fans de Schaeffer) una fotografía y una copia de la de la novela El guardián entre el centeno, de J. D. Salinger, el mismo libro, que portaba el asesino de John Lennon- Mark David Chapman.

Los dos jóvenes se saludaron. Intercambiaron un par de palabras y Rebecca en su despedida le dijo. “Por favor, ¡cuídate!”, y cerró la puerta, mientras que Robert durante una hora, estuvo dando vueltas por la ciudad, hasta que el plan que tenía in mente, debía llevarlo a la práctica

Regresó a casa de Rebecca, esta le abrió la puerta, minutos más tarde Robert había guardado en una bolsa una Magnun 357 lista para disparar, de la que salió una sola bala que dio en el corazón de la actriz muriendo casi en el acto. Aquello era el final de un acoso que duró tres años.

Al día siguiente, Bardo fue arrestado en Tucson, después de que automovilistas informaran a la policía, que un hombre estaba arrojándose a los coches en la Interestatal Confesó inmediatamente el asesinato

Bardo se fijó en Schaeffer después de que su obsesión anterior, la pacifista Samantha Smith, muriera en un accidente de avión

A partir de ese momento, se fueron conociendo lo que ocurrió en aquellos minutos antes de la muerte de Rebecca Schaeffer

Por ejemplo, lo que el médico clínico forense Kris Mohandie dijo durante una entrevista realizada en la ABC News -Bardo tenía sentimientos de rabia luego de haber visto que la actriz había hecho algunas escenas subidas de tono en una película. “Era como si dijera ‘tienes que permanecer inocente para mí y por eso te voy a castigar quitándote la vida’”, analizó.

En el rotativo Los Ángeles Times, se podía leer, lo que en el juicio dijo Bardo sobre la charla que tuvo con Rebecca

“Viniste a mi puerta otra vez”, comentó la chica, según el propio asesino. “Era como si la estuviera molestando de nuevo. Pensé que era muy cruel decirle eso a un fan”, palabras dichas por Robert Bardo, durante un diálogo que tuvo con el psiquiatra Park Dietz, grabado en video.

Una carta que Robert Bardo había escrito a su hermana, poco antes del asesinato, fue una de las pruebas que llevaron a que recibiera la cadena perpetua- “Tengo una obsesión con lo inalcanzable. Tengo que eliminar lo que no puedo lograr

Bardo fue declarado culpable de asesinato en primer grado y sentenciado a cadena perpetua sin posibilidad de libertad condicional. La fiscal que llevó el caso fue Marcia Clark, conocida posteriormente por otra causa famosa como la de O. J. Simpson.

La conclusión judicial a la que se llegó fue que Robert Bardo no estaba loco, sino obsesionado judicial a la que se llegó.

Bardo tiene 51 años y vive en la prisión de Mule Creek.



El terrible crimen que cometió, constituyó un duro golpe para Hollywood que se conmovió con el destino trágico de una estrella en ascenso. Un año después de la muerte de la chica se aprobó en California una ley que penalizaba el “acecho” callejero.

“Es delito hacer que otra persona o su familia tenga un temor razonable por su seguridad y conlleva una sentencia de prisión estatal”, establece la norma. Hasta el momento del crimen, no existía ninguna legislación sobre el tema. Desde 2019, está reconocida en 50 estados.

Danna Schaeffer, la madre de la actriz, en un reportaje aparecido en la revista People decía “Sí, en un nivel muy básico, (el crimen de mi hija) cambió Hollywood, pero Rebecca no era una soldado que luchaba por una causa. Ella no eligió esto”

A pesar de las modificaciones que hubo tras el asesinato, la perdida seguirá siendo irreparable. Para siempre.

https://es.wikipedia.org/wiki/Rebecca_Schaeffer

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