129-200 a.C... Sus trabajos serían, en siglos posteriores,
determinantes para que la medicina continuase avanzando.
El hecho de nacer en el seno de una familia acaudalada, le facilitó
el acceso que las grandes familias con poder adquisitivo tenían: agricultura,
astronomía, astrología, arquitectura, filosofía y medicina, que sería la que
llenaría su vida y su obra hasta su muerte.
El mayor impacto de su vida, sin embargo, fue un sueño que
tuvo su progenitor. En este sueño, Esculapio se dice que se le apareció a su
padre, diciéndole que dejara que su hijo estudiara medicina. Este, obedeció el
dictado del sueño como el dios instruyó, y los cuatro años siguientes, Galeno
estudió con los médicos que se reunían en el santuario de Esculapio.
Galeno bebió de las fuentes del saber de Hipócrates.
Galeno no solo profundizó en afecciones del organismo,
también en el descubrimiento de sus partes fundamentales realizando lo que
nunca antes se había hecho y que le llevó a estos descubrimientos, las
disecciones, lo que motivó que fuese requerido en su época, especialmente por
las familias patricias. Si hubiese existido el perfil profesional o currículum,
habría tenido que añadir los cuatro años curando heridas y golpes en la escuela
de Gladiadores, lo que hizo que cogiese experiencia a la hora de tratarlas.
Sus egregios clientes fueron el cónsul Flavio Boecio, y los emperadores
Marco Aurelio, Cómodo y Septimio Severo. El tiempo que estuvo como doctor “de
la corte”, se encontró cara a cara con una enfermedad denominada peste
antonina, y que se extendería al final del emperador Marco Aurelio.
Fue una pandemia de la antigüedad, ya corresponda al
sarampión o la viruela, se supone que traída al Imperio Romano por las tropas
que habían regresado de las campañas del Cercano Oriente.
Se dice que posiblemente el emperador romano Lucio Vero,
hubiese perdido la vida a consecuencia de la esta enfermedad, que debe su
nombre a Marco Aurelio Antonino. Nueve años más se reproduce otro brote de la
peste antonina, que causó, según el historiador romano Dion Casio, 2.000
muertes por día en Roma.
Sus escritos constituyeron la base de la medicina durante
más de diez siglos, en los que se aportan detalles como el descubrimiento de
que algunos músculos están controlados por la médula espinal.
La identificación de siete pares de nervios craneales.
Desvelar que el cerebro es el órgano que controla la voz.
Demostrando las funciones que cumplen vejiga y riñones.
Demostrando que por las arterias no corre aire, sino que
fluye la sangre.
Determinó las diferencias estructurales entre arterias y venas, además de describir las válvulas del corazón
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