LEYENDA O REALIDAD Y LOS ESPIRITUS NECRÓFAGOS

 



 

Yo creo, que nadie en su sano juicio se le ocurre la idea peregrina de visitar por la noche un cementerio 

 Así me den una buena cantidad de euros, ante todo tener juicio

 Les contaremos una historia, que quizá sepan, porque lo mismo que pasa con la chica de la curva, existen en varios lugares, esta se contaba en Cordovilla la Real – Palencia cuando yo era adolescente.

 Se ha cambiando el nombre de las personas que aparecen en esta truculenta historia. Estamos en el día de los difuntos, 2 de noviembre, y en el bar el pueblo, José, Marcelino y Ramón, los tres pastores, estaban hablando de los muertos

 

-Mira, mira, a mí eso de los difuntos, me da mucho respeto decía Ramón. el más mayor de los tres

 

-  Estoy de acuerdo contigo - sentenció José mirado de reojo la cara de su compañero Marcelino, el más joven de los tres

 

Marcelino se había acercado a la barra y traía en sus manos un vaso conteniendo un gin tonic, era el tercero. Una vez se hubo sentado, y tras un largo trago dijo – Pues eso es una bobada. Los muertos no pueden hacer daño, par de inútiles

 

-Valeee. Tu te crees muy macho-.

 

-Déjale – terció José – No ves que está borracho-.

 

-De eso nada. Soy capaz de beberme otro- contestó malhumorado Marcelino-.

 

- Seguro ¿A que no tienes las narices de estar todo el moche mientras las campanas de la iglesia doblen a muerto, solo en el cementerio? -.

 

Marcelino miró a Ramón – Venga estamos perdiendo mucho tiempo-.

 

Una vez en la tapia del camposanto, los tres con diferente agilidad, treparon y consiguieron su objetivo

 

Marcelino eligió la lápida donde se iba a quedar sujeto, para que no pudiese escapar del cementerio. Tras lo cual José y Ramón volvieron a trepar por la tapia y desaparecieron en la oscuridad de la noche, ambos vivian junto a la iglesia y al lado de cementerio

 

Por la mañana antes de salir con los rebaños, treparon por la tapia para ver cómo estaba su compadre.

 

Sí. Marcelino seguía allí, pero… pero tenía los ojos abiertos y en la comisura de la boca una espuma blanca casi congelada. ¡Estaba muerto!

 

Cuando la policía acudió al pueblo, todo el mundo conocía la triste noticia.  El cadáver no presentaba signos de violencia. La conclusión fue que, murió de un infarto, producido por el terror de que el muerto de la lápida había salido para vengarse. Nada más lejos de la realidad, no hubo muerto, pero sí que el cinturón que se había enganchado y él pensó en un fantasma

 

La tontería, la soberbia y la borrachera, habían sido sus únicas compañeras en el ultimo halo de vida   

 

ESPIRITUS NECRÓFAGOS

 

En mitología, los necrófagos son seres que se alimentan de cadáveres de seres humanos, que frecuentemente matan a sus víctimas, las cuales nunca se dan cuenta de que están frente a un necrófago ya que éstos cambian de forma. Forman parte de muchas leyendas de Europa y Medio Oriente.

 

Aunque los necrófagos tienen su sitio en el folclore occidental, donde primero aparecieron fue en las leyendas del mundo árabe islámico, según las cuales pertenecían a una raza rebelde de espíritus malignos.

 

Principalmente habitan en los desiertos, pero también se esconden en cuevas, vagan por los bosques y fisgan en los sitios donde han muerto humanos recientemente.

 

 Los necrófagos, con su conducta caníbal y su gusto por saquear tumbas, han sido temidos en todo el norte de África, Oriente Medio e India. Además, aunque consumen a placer cualquier tipo de cadáver que encuentran a su paso, la mayoría no se queda realmente satisfecha, hasta matar ellos mismos a alguien.

 

O sea que el temor que inspiran dichos lugares, en tierras árabes, dio lugar   a las historias de Ghuls o espíritus necrófagos, entes demoniacos engendrados por Iblis, el Satanás musulmán

 

Como tenían ansia de comer carne rondaban las moradas de los difuntos en busca de deliciosos cadáveres, a los que primero tenían que desenterrar y luego ingerir.    

 

¡Ay de aquellos de se cruzasen con ellos! Si no escapaban, podrían ser una ración demás para loa hambrientos profanadores de tumbas. 

 


El Japón se contaban historias entorno a los Nukekubi, monstruos con apariencia humana, cuyas cabezas se separaban, por la noche, de sus cuerpos y salían volando en busca de presas humanas.

 


En China se citaban a los Jiang Shi – o sea cadáveres rígidos – muertos vivientes, que tras suicidarse o no haber sido bien enterrados, estaban condenados a moverse a saltos y busca de seres vivos, cuyo impulso vital, pudieran consumir

 

El bestiario fantástico de Tony Allan

 

 https://es.wikipedia.org/wiki/Necr%C3%B3fago_(mitolog%C3%ADa)

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https://upload.wikimedia.org/wikipedia/commons/c/c6/Suushi_Nukekubi.jpg

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