Aunque en muchos siglos de la Historia, la palabra separación
o divorcio no existiese, la intervención de un papa o un obispo, consiguiendo
salir de una situación complicada en el último momento y con mucha dificultad
cogida, lo lograban
Y como siempre tiene que existir uno, a quien se le dan
todas las tortas en el mismo lugar de la cara, por una de esas separaciones
comentadas, teniendo que pagar un elevado pecio por ello, una etiqueta que no
se quitaría de encima, aunque se cambiase de ropa, pasando a la Historia como
Enrique IV de Castilla El Impotente. Impotente, en el aspecto sexual del
término. En su descargo diremos que Enrique IV de Castilla es el rey impotente
por un hechizo.
Vallisoletano de nacimiento, en 1425 Enrique IV fue rey
de Castilla hasta el 1747 y por fallecimiento
Desde el primer momento de sentarse en el trono castellano,
ya tuvo en su contra, a parte de los nobles, problema a parte de otros
heredados por su padre Juan II
Aunque no todo tiene porque ser malo, ya que su majestad,
tenía habilidad o astucia para manejarse o resolver situaciones difíciles,
tanto como príncipe como rey, firmando paces y acuerdos
Y así, pasado el tiempo, consiguió reunir apoyos
suficientes, como para poder mantener la cabeza en su sitio, a la hora de mirar
cómo conseguir aplacar sus dificultades internas, sin dejar de lado el tema de
la guerra contra los moros
Un pacto acontecido en 1436, el de la Concordia de
Toledo, acordaba que los reyes de Navarra, Aragón y Castilla ponían fin a la
guerra que les enzarzaba
En 1440, cuando tenía 15 años, se casó con. Era un
matrimonio acordado dentro del pacto conocido como la. En ese pacto, de 1436,
los reyes de. El matrimonio era algo así como la rúbrica a ese pacto
De aquella unión entre Castilla y Navarra no hubo
descendencia ni femenina ni masculina, lo que posibilitó la disolución cuando
los intereses políticos cambiaron.
Y Enrique IV de Castilla, muy digno él, utilizó una
impotencia sexual, que solo hacía agua, con su esposa, pero no con las demás
damas que cayesen en las manos o en el regio dormitorio de su majestad
Regresan en 1453, de nuevo los conflictos entre
navarros y aragoneses, las disputas por el trono de los primeros, mientras que
los castellanos determinaban hacer un giro, colocando en un punto de mira, el reino
de Portugal, para y buscar allí una buena relación. Efectivamente, tal y como ustedes piensan, lo mejor
casarle de nuevo
Claro que, antes había que deshacer el matrimonio con
su prima, y así lo era Blanca de Navarra pues, para desposarle con una infanta
lusa …Juana de Avís.
Con las cartas sobre la mesa y sopesando la manera de
lograr dicho fin, habría que
Para poder llevar aquella idea a buen término había que
presentar un motivo para el divorcio, y abandonar a Blanca de Navarra. Y ya que no habían tenido hijos, durante los
15 años que duró dicho matrimonio entre la navarra y el castellano, este no se
había podido consumar … por culpa de la impotencia del rey.
Nos imaginamos la cara que puso Enrique cuando escuchó
en que jardín le iban a meter, él no estaba dispuesto a admitir dicho problema.
El caso es que no sé quién sería el lumbreras que halló
la respuesta del millón – Su majestad es impotente, debido a un hechizo que
alguna bruja o hechicera le habría echado-
Como sería tal afirmación que, hasta el mismismo papa
de Roma, Nicolás V se lo creyó a pies juntillas. Eso y que el hechizo solo se
daba cuando el rey, yacía con Blanca de Navarra hacía efecto cuando su,
majestad tratara de yacer con Blanca de Navarra, con otra dama no había
problema
Y así se logró, que su santidad encontrase aquello
razonable y disolvió el matrimonio, dejando el camino expedito para que Enrique
IV de Castilla se casara con Juana de Portugal. Por cierto, también era su
prima. Su boda se celebró en 1455.
No vamos a ser repetitivos hablando de la endogamia en
los matrimonios reales.
Dejemos ese problema, pues ahora tenemos, la lucha por
el trono de Castilla de Isabel la Católica y Juana la Beltraneja
Debido a este segundo matrimonio, Enrique sería padre
de una niña a la que se le puso el nombre de Juana, conocida más tarde como la
Beltraneja. Aquel retoño desconocía que su venida a este mundo, ocasionaría una
guerra
Y es que Enrique IV de Castilla, que, en un primer momento,
había nombrado a la pequeña Princesa de Asturias, y por lo tato heredera al
trono había cambiado de opinión, por lo que una vez fallecido el trono de
Castilla iría a parar Alfonso de Castilla, que era su hermano por parte de
padre, pero no por parte de madre.
Pero ese rey fue efímero por lo que el trono quedó en
disputa entre la hermana de Alfonso y sobrina de Enrique, Isabel, y la hija de
Enrique, Juana.
Vamos, que al trono de Castilla optaban dos mujeres:
Isabel, que más tarde sería conocida como Isabel la Católica, y Juana, la
Beltraneja. Seguro que se han dado cuenta, que todo este litigio se libraba
entre tía y sobrina, o sea Isabel la Católica, y la Beltraneja.
La de Artículo: Biografía de Enrique IV de Castilla El
impotente
Autor: Víctor
Moreno, María E. Ramírez, Cristian de la Oliva, Estrella Moreno y otros
Website:
Buscabiografias.com
https://www.buscabiografias.com/biografia/verDetalle/8227/Enrique%20IV%20de%20Castilla%20El%20impotente
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