Los libros de aventuras, históricos, de misterio y un
sin fin de temas más. Revistas pedagógicas que tratan de ciencia o
documentales, así como espacios radiofónicos, son medios por los cuales, nos
podemos informar o ponernos al día en aquello que nos gusta
Hoy Yo Egipto nos trae a unos mercenarios nubios, que
evolucionaron hasta convertirse en una casta policial encargada de proteger los
lugares más determinantes de Egipto
Hablar de la civilización egipcia es una tarea casi tan
ardua como romper los mitos que se han generado a su alrededor. Los datos lo
avalan, pues se extendió durante 3.500 años.
Es un hecho, por ejemplo, que la popular Cleopatra VII
estuvo más cerca de comer en un restaurante de comida rápida que de ver la
construcción de la pirámide de Keops.
Por ello cuesta tanto explicar conceptos tan
aparentemente sencillos como la forma en la que se estructuraba el ejército del
Nilo o cómo iban armados sus soldados. Lo mismo ocurre con los Medjay
Pero quiénes eran?
Aunque existen varios mitos al respecto, lo cierto es
que los historiadores coinciden en que los Medjay tuvieron un lugar específico
en el Imperio Antiguo, es decir entre los años 2686 y 2181 a. C.
Su nombre, de acuerdo con el historiador Jaume Vicens
Vives, se debe a la región de donde surgieron, una parte muy pequeña dentro de
los nubios cuyos miembros provenían del desierto oriental, en la tierra Medja,
en Sudán.
Los registros históricos también revelan que sus
primeras apariciones se dieron en el año 2400 a. C., cuando los egipcios contaron
sus encuentros con ellos y empezaron a integrarlos en sus filas como
exploradores o combatientes equipados con armamento ligero.
Su imagen cobró relevancia cuando se les asignó como
protección secreta y militar de los faraones, ya que en ese entonces no se
conocía una guardia élite. Esto también sugiere que los Medjay son, en
realidad, uno de los muchos visos del origen de los guardaespaldas
presidenciales.
Y es que para ser parte de tal organización había que
ser el mejor guerrero para proteger al Faraón. A diferencia de Roma, donde el
propio emperador era un guerrero desde su juventud, en Egipto el Faraón no
participaba en los combates.
Así mismo, los Medjay cuidaban del Harem y todas las
mujeres que allí existían, mientras que otros ejercían funciones como policías
y como custodios de las tumbas reales. Además, fueron contratados como una
fuerza policíaca utilizando animales como refuerzo, tanto perros entrenados
como monos.
Los Medjay adquirieron fama rápidamente. Y con ello,
prestigio. Los habitantes confiaban sólidamente en ellos para asuntos de
seguridad lo que también les valió una gran estima.
Además, se erigieron como un símbolo de honor, coraje y
deber. Su insignia estaba decorada con el Ojo de Horus, representándolos, así
como protectores del pueblo.
A su vez, el arma preferida de este grupo era el arco
en el cual se imagina que eran de los más diestros de ese tiempo, al punto que,
en las guerras, más allá de ser el grupo que custodiaba al faraón, se les
incluían en las carrozas, haciendo uso del arco, en tanto que a pie preferían
el uso de armas de bronce.
Finalmente, en el Imperio Nuevo, la palabra medjay
había evolucionado y se refería a los miembros de batallones del ejército que
actuaban como exploradores del desierto y protectores de las áreas de interés
faraónico.
Esta evolución es más probable que esté basada en un
cambio en la definición de la palabra, medjay, y no en un cambio en los pueblos
del desierto oriental.
Su prestigio fue tal que a pesar de los miles de años
se han convertido en una leyenda que ha llegado a la actualidad a través de
películas, libros y videojuegos.
Si ustedes han visto la película la momia en la cual
salen estos guerreros, no tienen nada que ver con los verdaderos Medjia
Sí, que hubo una parte de los Medjay que se dedicaron a
la protección del faraón. Y sí, llegaron a ese estatus gracias a su buen hacer
con las armas.
Sin embargo, ni eran un grupo de agentes secretos
encargados de dilapidar las conjuras de palacio, ni estaban encargados solo de
salvaguardar a la familia real.
Por el contrario, y durante la época que rememora el
film del actor Brendan Fraser (el año 1290 a. C.), la mayoría de ellos se
encargaban de mantener el orden en las ciudades y de evitar los saqueos de
tumbas.
En favor de la película hay que señalar, eso sí, que
sus responsables se cuidaron de seleccionar los años de la XVIII dinastía de
Egipto para enmarcar a estos combatientes: aquellos en que ya habían dejado de
ser mercenarios reclutados y habían pasado a adquirir cierta importancia militar.
Ni siquiera la sociedad de entonces tenía claro de
donde provenían de forma exacta. Así lo demuestra el que, durante el Imperio
Antiguo, los egipcios afirmaran que residían en el este de la Segunda Catarata
y, a partir del Imperio Medio -entre los años 2050 y 1750 a. C.-, señalaran que
eran nómadas del desierto.
La entrada de los Medjay en el ejército egipcio (y el
reconocimiento de su etnia) quedó registrada en las llamadas «Enseñanzas del
rey Ammenemes a su hijo Sesostris» (enmarcadas en el Imperio Medio): «Yo he
dado al pobre; he criado al huérfano.
Hice que alcanzara [el bienestar] tanto el que no tenía
como el que tenía […]. Nadie tuvo hambre en mis años; nadie padeció sed en
ellos […] He sometido a los nubios y he capturado a los Medjai. Hice que los
asiáticos hicieran la “marcha de los perros”». Durante dicho período, los
expertos también relacionan a este pueblo con la cultura Pangrave
(característica por hacer enterramientos en forma de sartén).
La estela de los Medjai ha llegado hasta nuestros días,
actualmente en un videojuego, que ha hecho a quien lo ha jugado interesarse por
ellos
https://es.wikipedia.org/wiki/Medjay
https://www.lavanguardia.com/files/image_948_465/uploads/2019/11/11/5f15f1f156c2e.jpeg
https://encrypted-tbn0.gstatic.com/images?q=tbn:ANd9GcR4_GenGfav4sffm-ujyQKwf53T3cvujXKSbizA3Y9hLr1YkETW&s