EL ESPIRITU DE CATALINA DE HOWARD



A esta reina, se le coloca la etiqueta de la joven díscola, a la que solo importaba, su lucimiento personal con un armario, más repleto de vestidos, que, de gente, que se encontraba reunida, en el famoso camarote de los hermanos Mars

Lo de díscola le viene, de cuando, su padre al quedarse viudo, la envió a ella, y a sus hermanas, a vivir con su abuela paterna, la duquesa viuda de Norfolk, Agnes Tilney, quien regentaba una casa de huéspedes y que a menudo se trasladaba a la corte por lo que no estuvo muy por la labor de educar a sus nietas

Las cuales crecieron rodeadas de huéspedes entre los que se vivían historias de amoríos que hicieron de Catalina una muchacha díscola, porque no le gustaba aquella clase de gente

HISTORIA

CATALINA -Viví en el vetusto palacio de Hampton Court, del que dice la gente que es uno de los lugares más embrujados del Reino Unido





Los enormes ventanales, fueron testigo de la presencia de Enrique VIII cuando paseaba por los pasillos del castillo digno de un cuento de hadas.

CATALINA Y que tiene su historia, pues fue una compensación del cardenal Tomas Wolsey a Enrique VIII, ya que le fue imposible, conseguir la anulación de su matrimonio con Catalina de Aragón.

 De las seis esposas de Enrique VIII que vivieron o visitaron el castillo, se dice que dos no lo abandonaron del todo cuando llegó su final; y regentan ciertas zonas del lugar de una manera asidua.

CATALINA Y es cierto, porque Juana Seymour y una servidora, tenemos nuestras respectivas áreas para aparecernos, Y es que apenas unos metros más a la izquierda y de espaldas a un imponente reloj astronómico que corona la plaza principal del palacio, se localiza un área que se hizo popular en los años 80 y 90 por convertirse en el centro de caídas y tropezones, tanto de turistas como de las personas que trabajan en él.

La leyenda tiene lugar en la galería embrujada. Catalina Howard, quinta cónyuge de Enrique VIII, apenas llevaba 17 meses de matrimonio cuando perdió la vida en la Torre de Londres de la misma manera que su prima y también exesposa del monarca Ana Bolena.

CATALINA Todo sucedió cuando, mi esposo, el rey de Inglaterra, descubrió que yo me había liado con Thomas Culpepper, respetado cortesano, así que ordenó que me cortasen la cabeza en tal famoso enclave de la capital británica.


                                              Carta presentada como prueba contra Catalina. 

                                             Su destinatario  era Thomas Culpepper

Por lo que Catalina, en un último intento por conservar la vida, se escapó de los guardias y echó a correr por los pasillos del Palacio de Hampton Court en busca de su marido para suplicar clemencia, quien se encontraba en aquellos momentos en la capilla. La joven, sin embargo, no tuvo oportunidad ni siquiera de intentarlo, ya que fue interceptada a las puertas del final del pasillo.

CATALINA Si y un 13 de febrero de 1542, dejé de existir en este mundo terrenal, pero no mi espíritu, que continúa rondando por el recorrido que hice desde mi habitación hasta el lugar donde volvieron a apresarme

 Los que dicen haberse tropezado con ella, cuentan que se trata de una blanca figura a la que acompañan toda clase de exclamaciones pidiendo clemencia o gritos de terror al verse en el cadalso – o eso se supone. De hecho, en el año 1999 y durante dos tours diferentes, dos mujeres se desvanecieron exactamente en el mismo punto del pasillo.

Parece ser que, en 2003, tras la apertura de una nueva exhibición en una parte del castillo, miembros de seguridad de Hampton Court se dirigieron al lugar para averiguar por qué la alarma de incendios se había activado.

Al encontrarse la puerta abierta de par en par decidieron echar un vistazo a las cámaras de seguridad, pero no hallaron nada sospechoso.

CATALINA Pero al día siguiente regresé al lugar he hice lo mismo, solo que dejé la puerta cerrada

 La sorpresa fue que, esta vez, cuando volvieron a revisar las cámaras de seguridad, vieron en el monitor una puerta abierta que se cerró de golpe a manos de una figura esquelética vestida con una especie de túnica larga.

 Por si acaso no se lo creen, pueden encontrarlo, en eso que llaman página web, pero del palacio, visionado por Melwyn Willin, investigador paranormal y autor de varios libros, del que dice lo siguiente

 «A mí se me parece más a un hombre decidido que al espíritu de una reina inquieta de la época Tudor». 

CATALINA Pobres incautos los que dicen, que yo no me aparezco, que era un turista disfrazado que se perdió o un miembro del equipo que trabaja en el palacio, que se vistió de esa manera para generar publicidad.

 Su majestad tranquila, ya que los testimonios de los empleados de Hampton Court niegan todo esto e insisten en que esas puertas no están al alcance de visitantes o turistas».

CATALINA Ya, pero aquellos que, si están disponibles, y se aventuran a pasear por ellos, estos hacen difícil la tarea de orientarse entre las cuatro paredes de Hampton Court

Hasta los guía y trabajadores del castillo, vestidos con trajes de época esquivan hablar sobre los fenómenos paranormales que tienen lugar en el interior del palacio.

CATALINA Y por el temor a que cuando ven la puerta que separaban los corredores, esta se abra, y se encuentren con mi espíritu

 Versión libre del espíritu de Hampton Court

 

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