DE OBJETOS PERDIDOS HASTA DE MENTIRAS Y NO REALES QUE SE VUELVEN VERDADES AGLOE UNA CIUDAD QUE NO EXISTE

 



Olvidar maletas, móviles, ordenadores, libros u otros objetos, es algo que inconscientemente nos pasa a todos por mucho que pensemos que somos los más preocupados por nuestras pertenencias.

Un periódico gallego publica el anuncio más surrealista que existe en una sección de objetos perdidos Asegura haber perdido la paciencia por una determinada zona de Vigo y acompaña su mensaje de un teléfono que, por el momento, no está operativo

No se sabe si se trata de una broma, de un mensaje clave o si, realmente, Avelino perdió la paciencia en Vigo a causa de la pandemia o de cualquier otro motivo. Lo que sí se conoce es el dinero que se gastó la persona que puso el anuncio: exactamente, 7,05 euros.

20 de julio de 2022 

La Oficina de Objetos Perdidos del Ayuntamiento de Pamplona ha recibido, hasta el día de ayer, un total de 1.213 objetos extraviados por sus dueños. La cifra ha aumentado ligeramente en los días posteriores al fin de las fiestas de San Fermín.

De hecho, los primeros datos aportados por la Oficina el mismo 15 de julio cifraban en 1.021 los objetos perdidos desde el día del chupinazo. Carteras, documentación y teléfonos móviles son los elementos más habituales.

En el 2015 se registraron 1.013 objetos extraviados. En 2016 fueron 1.130 y en 2017 volvieron a registrar un pequeño descenso, hasta los 1.081. Para subir considerablemente en 2018 y 2019, justo antes de la pandemia, cuando la Oficina de Objetos perdidos clasificó 1.167 y 1.220 objetos, respectivamente.

En esta ocasión, se ha alcanzado esta cifra, pero cinco días después del final de las fiestas. No obstante, fuentes municipales resaltan que es habitual que sigan apareciendo objetos perdidos en los días siguientes al Pobre de Mí.

Los ciudadanos entregan objetos que han encontrado por la calle o bien son establecimientos, como bares, quienes les entregan elementos aparecidos en su local. Otros objetos son entregados por otros cuerpos y fuerzas de seguridad, e incluso por Correos, que los encuentran depositados en sus buzones.

De los 1.213 elementos registrados hasta la fecha, ya han sido recuperados por sus propietarios 412. Además, entre los que han podido ser identificados porque contaban con algún tipo de documentación, se han enviado avisos por carta a 250 propietarios y por SMS a otros 60.

Quedan pendientes de recoger 107 móviles, 269 carteras y 328 documentos de identificación personal. Sin olvidar (otra vez) el extravío de gafas, bolsas y mochilas, entre otros

HISTORIA DE UN MAPA CON UN PUBLO QUE NO EXISTÍA 


En la década de 1930 el fundador de la empresa General Drafting Company, dedicada a la realización de mapas de carreteras, Otto G. Lindberg, y un ayudante, Ernest Alpers, asignaron el anagrama de sus iniciales a una intersección de carreteras sin asfaltar en las montañas de Catskill: NY 206 y Morton Hill Road, al norte de Roscoe, Nueva York. El lugar fue nombrado como trampa de derechos de autor.

Y en la década de 1950 se construyó en dicha intersección un almacén de ventas de productos y se le dio el nombre Agloe General Store debido a que este era el topónimo que aparecía en los mapas de carreteras de la petrolera Esso. Con posterioridad Agloe apareció en un mapa del editor Rand McNally después de que el cartógrafo que realizó el mapa obtuviese el nombre del lugar de la propia administración del condado de Delaware.

Aunque con posterioridad el almacén de productos cerraría, Agloe continuaría apareciendo en los mapas hasta la década de 1990, en la que finalmente fue eliminado. El odónimo apareció en Google Maps hasta marzo de 2014. El Servicio Geológico de Estados Unidos añadió «Agloe (Not Official)» al nomenclátor de su sistema de información de nombres geográficos en febrero de 2014.

Cultura popular

Agloe se volvió muy conocida tras la novela y la adaptación cinematográfica de Ciudades de papel de John Green, donde la protagonista Margo Roth Spiegelman desaparece dejando pistas a su amigo Quentin Jacobsen, después de ver escrito en una pared donde ella se escondía «irás a las ciudades de papel y jamás volverás» empieza a buscar información sobre este tipo de ciudades, entre ellas Agloe. Se volvió un icono de un lugar dónde perderse para poder encontrarse.

Por lo general, los cartógrafos no se inventan los pueblos con papel y lápiz. Pero sí crean trampas más sutiles: callejones sin salida inexistentes o curvas de ríos falsas o elevaciones montañosas ajustadas. Aunque rara vez admiten oficialmente esas pequeñas trampas, son una práctica antigua y común para destapar a los falsificadores.

¿Por qué? Las empresas que crean mapas son víctimas de piratería todo el tiempo. Muchas veces, después de todo el trabajo que lleva revisar la ortografía, los colores y las posiciones, son víctimas de imitaciones que crean otras empresas, sobre todo del sector del combustible o las agencias de turismo. Como no es fácil probar quién es el creador original, muchas veces estos casos no acaban en nada en los tribunales. Y los piratas se salen con la suya.

Rand McNally envió cartógrafos al norte del estado de Nueva York, y allí, donde Agloe estaba marcado en un mapa, había un edificio llamado Agloe General Store. Así es como una ciudad falsa se volvió real. Es decir, la misma trampa de derechos de autor cobró vida propia

https://es.wikipedia.org/wiki/Agloe

https://encrypted-tbn0.gstatic.com/images?q=tbn:ANd9GcT8obOPk1aXMsaPzSB6nVbM3TeGferG1cHKCQ&s

 

 

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