Los Médicis son una de las
familias más influyentes en la historia del arte. Con toda seguridad, es la
familia más importante de la historia de Florencia. Ostentando
el poder de la ciudad durante casi 400 años.
Los Médicis crearon su riqueza a través de la
banca y de ahí ascendieron hasta la política y a tomar las riendas de
Florencia, a la que convirtieron en una de las ciudades más maravillosas de
Italia. El poder de los Médicis llegó a extenderse tanto que la familia tuvo
entre sus miembros a cuatro Papas y a 2 reinas de Francia.
La familia Médicis no
siempre gozó del apoyo de los florentinos. Fueron expulsados de la ciudad hasta
en 2 ocasiones. Pero siempre acabaron volviendo al poder.
Un poder que acabó en el
siglo XVIII con la llegada de los Lorena a Florencia. El último miembro de los Médicis
fue Ana María Luisa de Médicis. Una persona clave para dicha ciudad.
Juliano de Médici o
Giuliano de’ Médicis; nace en Florencia, en 1453-) fue un político italiano del
Renacimiento. Como dirigente de Florencia, junto a su hermano Lorenzo,
complementaba la imagen de su hermano como el patrón de las artes con su propia
imagen como el bello y divertido chico de oro.
Relaciones
Fue amante de Simonetta
Vespucci, casada, que había muerto dos años antes que él, a los 23 años de
edad. Botticelli incluye a ambos en el cuadro La primavera, mirando en
diferentes direcciones.
Fioretta Gorini, tuvo un
hijo natural que fue más tarde declarado legítimo debido a una laguna en la ley
que permitía matrimonios privados entre dos personas, lo que significaba que
sus padres podían haber acordado casarse sin decírselo a nadie.
ENEMIGOS DECLARADOS
La coincidencia de
importantes familias de mercaderes y banqueros con una generación de refinados
humanistas (entre los cuales destacó Leonardo Bruni) hizo de Florencia un foco
de irradiación cultural, a la vez que económica, en la Toscana y en toda
Italia.
Entre ellos destacaban los
Pazzi, rivales celosos de la familia Médicis durante su reinado de poder, y
también vivían en Florencia, junto con Salviati eran los banqueros papales en
Florencia y el Papa Sixto IV, que se oponía a la expansión de Florencia en la
Toscana formaron una camarilla planeando
derrocar a los Médicis, apoderarse de sus bienes y tomar el
control de la provincia.
Llegado el momento de la
consagración, en el momento que sacerdote elevaba la hostia, unas personas se
les acercaron , los llamados Francesco
de Pazzi y Bernardo Bandini Baroncelli, los miembros más audaces del grupo de
conspiradores . Lorenzo de Médici
resultó herido, mientras que Juliano apuñalado diecinueve veces debió morir al
instante.
Florencia quedó en estado
de alarma, sumida en una enorme inquietud generada en parte por los gritos y el
pánico que se vivieron en la catedral y en la plaza de gobierno. En esos
momentos, Lorenzo de Médicis decidió enviar una carta al duque de Milán
pidiéndole ayuda. Pero el socorro fue innecesario: la rebelión había fracasado
La conspiración fue
también un ejemplo de esa preocupante actividad humana que consiste en asesinar
al adversario político en nombre de la patria; sobre todo cuando a la víctima
se la acusa de adoptar actitudes dictatoriales o «cesaristas». De hecho, el
recuerdo del famoso magnicidio de Cayo Julio César en los idus de marzo del año
44 a.C. pasó por la mente de muchos florentinos del momento, empapados de
cultura clásica.
Al cabo de pocas hora del
atentado, fueron detenidos y ejecutados decenas de conspiradores, incluidos el
conde de Montesecco –el condottiere que había introducido un nutrido
contingente de soldados en la ciudad– y el odiado arzobispo Salviati.
Maquiavelo escribiría más tarde que «en los días siguientes al atentado se
sucedieron tantas muertes que las calles se llenaron de cuerpos humanos».
Los que no fueron
ejecutados se vieron condenados al exilio o sufrieron largas condenas en
prisión. Lorenzo se encargó personalmente de promover una campaña contra los
Pazzi y los hombres de su entorno, a través de una condena moral y política. No
sólo se incautó de todas las propiedades y activos líquidos de la familia, sino
que eliminó su presencia en los documentos públicos y en los monumentos,
borrando cualquier rastro de su memoria.
Juliano de Médici, está enterrado
con su hermano Lorenzo en la Capilla de los Médici de la Basílica de San
Lorenzo de Florencia. Su tumba está adornada por la Virgen con el Niño, de
Miguel Ángel.
://es.wikipedia.org/wiki/ Juliano_de_Médici