¿Quién le iba a decir a aquel esclavo de nombre , John Edmonstone nacido en la espléndida en Demerara- Guyana, aprisionado por el dueño de aquella plantación ,de madera ,escocés por más señas , que trabajaría con un revolucionado hombre , que puso patas arriba , lo que en aquella década se pensaba sobre la evolución de las especies?
A Edmonstone el destino le hizo cruzar el océano
hacia Escocia junto a su antiguo propietario, Charles Edmonstone lugar donde la
esclavitud esta abolida , por lo que al momento de poner su pie en dicho país ,
ya fue libre.
Después se
instaló en Glasgow y luego en Edimburgo, donde empezó a trabajar en el museo
zoológico de la Universidad de Edimburgo. Allí, en el número 37 de Lothian
Street, compartió no solo su conocimiento en taxidermia, sino también relatos
de un mundo tropical desconocido para muchos.
Por lo que se habla de él , no era un analfabético, más
bien un experto en el arte de preservar aves, al que Darwin, cercano a su domicilio
, le contrataría por una guinea por una hora diaria durante dos meses, proporcionando al joven estudiante habilidades
prácticas y un profundo respeto por la riqueza y diversidad de la vida natural
Alojado a pocos pasos de Edmonstone, Darwin buscó en él
un maestro para aprender el arte de preservar aves. La dedicación de
Edmonstone, cobrándole a una guinea por sus lecciones , una hora diaria durante
dos meses, dejarían una marca imborrable
en Darwin, influyendo en sus futuras
exploraciones y contribuciones a la ciencia.
Si antes hablábamos de su cultura , bien es cierto que
este personaje está envuelto en la nube del misterio, que no le puso
trabas para ayudar a cimentar las bases de lo que sería una de
las teorías más trascendentales de la historia natural
En el siglo XIX, la taxidermia era una habilidad imprescindible
para los naturalistas, para que consiguiesen estudiar y salvaguardar especímenes de todo el
mundo en una era en exploraciones científicas y coleccionismo. El aprendizaje
de esta técnica por parte de Charles Darwin de John Edmonstone fue crucial, dándole
los instrumentos para conservar las aves y otros animales que más tarde apoyarían
sus hipótesis evolutivas durante su viaje en el HMS Beagle.
Moldear la visión de Darwin sobre la humanidad y la
igualdad. Estas charlas podrían haber fortalecido
las creencias abolicionistas de Darwin, ya apoyadas por su familia, y
alimentado su percepción de una humanidad compartida más allá de las
diferencias raciales y culturales.
No nos extraña , que en la Historia , conociendo como se conoce al género humano , que arrima su sardina a la parrilla del otro, diciendo que dicha parrilla era de él, que se hallan dejado en el más absoluto olvido , las aportaciones de muchas personas, especialmente aquellas de colectividades rechazadas, que han sido empequeñecidas por figuras más prominentes.
John Edmonstone es un ejemplo vívido de este legado
oculto; a pesar de su influencia significativa en Charles Darwin, su nombre ha
permanecido en gran medida en las sombras de los relatos históricos sobre el
desarrollo de la teoría de la evolución.
Pero ya , en años recientes, ha habido un renovado
interés en reconocer y valorar las contribuciones de Edmonstone. Académicos y
escritores han comenzado a resaltar su papel no solo como maestro de
taxidermia, sino también como un individuo que probablemente enriqueció la
perspectiva científica y humanística de Darwin.
La instalación
de una placa conmemorativa en Edimburgo, aunque efímera, y las menciones en
publicaciones científicas y medios de divulgación, son pasos hacia la
reivindicación de su importante legado en la historia de la ciencia.
La historia de John Edmonstone nos recuerda la
importancia de redescubrir y valorar todas las voces en la ciencia, enfatizando
que cada contribución, sin importar su origen o estatus, es vital para nuestra
comprensión colectiva y enriquece el legado científico mundial. Aunque se
barajan fechas no se sabe con exactitud
su fecha de nacimiento ni el año de su muerte.
https://es.wikipedia.org/wiki/John_Edmonstone